DISPERSIONES

DISPERSIONES

miércoles, 30 de noviembre de 2016

CICLO POESÍA MODERNISTA













RICARDO GIL



TRISTITIA RERUM



Abierto está el piano...
Ya no roza el marfil aquella mano
más blanca que el marfil.
La tierna melodía
que a media voz cantaba, todavía
descansa en el atril.
En el salón desierto
el polvo ha penetrado y ha cubierto
los muebles que ella usó:
y de la chimenea
sobre el rojo tapiz no balancea
su péndola el reloj.
La aguja detenida
en la hora cruel de su partida
otra no marcará.
Junto al hogar, ya frío,
tiende sus brazos el sillón vacío
que esperándola está.
El comenzado encaje,
en un rincón espera quien trabaje
su delicada red...
La mustia enredadera
se asoma por los vidrios y la espera
moribunda de sed.
De su autor preferido,
la obra, en el pasaje interrumpido
conserva la señal...
Aparece un instante
del espejo en el fondo su semblante...
Ha mentido el cristal.
En pavorosa calma
creciendo van las sombras... En mi alma
van creciendo también.
Por el combate rudo
vencido al fin, sobre el piano mudo
vengo a apoyar mi sien.
Al golpear mi frente
la madera, sus cuerdas tristemente
comienzan a vibrar...
En la caja sonora
brota un sordo rumor... Alguien que llora
al verme a mí llorar...
Es un largo lamento
al que se liga conocido acento
que se aleja veloz...
En la estancia sombría
suena otra vez la tierna melodía
que ella cantaba siempre a media voz.


RICARDO GIL (1855-1908).-

martes, 29 de noviembre de 2016

CICLO POESÍA MODERNISTA









JOSÉ MARTÍ











DE VERSOS SENCILLOS



Yo soy un hombre sincero
de donde crece la palma,
y antes de morirme quiero
echar mis versos del alma.
Yo vengo de todas partes,
y hacia todas partes voy:
arte soy entre las artes;
en los montes, monte soy.
Yo sé los nombres extraños
de las hierbas y las flores.
Y de mortales engaños,
y de sublimes dolores.
Yo he visto en la noche oscura
llover sobre mi cabeza
los rayos de lumbre pura
de la divina belleza.
Alas nacer vi en los hombros
de las mujeres hermosas:
y salir de los escombros,
volando las mariposas.
He visto vivir a un hombre
con el puñal al costado,
sin decir jamás el nombre
de aquella que lo ha matado.
Rápida como un reflejo,
dos veces vi el alma, dos:
cuando murió el pobre viejo,
cuando ella me dijo adiós.
Temblé una vez -en la reja,
a la entrada de la viña-
cuando la bárbara abeja
picó en la frente a mi niña.
Gocé una vez de tal suerte
que gocé cual nunca: cuando
la sentencia de mi muerte
leyó el alcaide llorando.
Oigo un suspito, a través
de las tierras y la mar,
y no es un suspiro, es
que mi hijo va a despertar.
Si dicen que del joyero
tomé la joya mejor,
tomo a un amigo sincero
y pongo a un lado el amor.
Yo he visto al águila herida
volar al azul sereno,
y morir en su guarida
la víbora del veneno.
Yo sé bien que cuando el mundo
cede, lívido, al descanso,
sobre el silencio profundo
murmura el arroyo manso.
Yo he puesto la mano osada,
de horror y júbilo yerta,
sobre la estrella apagada
que cayó frente a mi puerta.
Oculto en mi pecho bravo
la pena que me lo hiere:
el hijo de un pueblo esclavo
vive por él, calla y muere.
Todo es hermoso y constante,
todo es música y razón,
y todo, como el diamante,
antes que luz es carbón.
Yo sé que al necio se entierra
con gran lujo y con gran llanto,
y que no hay fruta en la tierra
como la del camposanto.
Callo, y entiendo, y me quito
la pompa del rimador:
cuelgo de un árbol marchito
mi maceta de doctor.


JOSÉ MARTÍ (1853-1896).-

lunes, 28 de noviembre de 2016

CICLO POESÍA MODERNISTA






SALVADOR DÍAZ MIRÓN 










EL FANTASMA


Blancas y finas, y en el manto apenas
visibles, y con aire de azucenas,
las manos, que no rompen mis cadenas.
Azules y con oro enarenados,
como las noches limpias de nublados,
los ojos, que contemplan mis pecados.
Como albo pecho de paloma el cuello,
y como crin de sol barba y cabello,
y como plata, el pie descalzo y bello.
Dulce y triste la faz; la veste, zarca.
Así, del mar sobre la inmensa charca,
Jesús vino a mi unción, como a la barca.
Y abrillantó a mi espíritu la cumbre
con fugaz cuanto rica certidumbre,
como con tintas de refleja lumbre.
Y suele retornar, y me reintegra
la fe que salva y la ilusión que alegra,
y un relámpago enciende mi alma negra.


SALVADOR DÍAZ MIRÓN (1853-1928).-

CICLO POESÍA MODERNISTA





MANUEL GONZÁLEZ PRADA












EL MITAYO



Hijo, parto: la mañana
reverbera en el volcán.
Dame el báculo de chonta,
las sandalias de jaguar.
- Padre, tienes las sandalias,
tienes el báculo ya,
mas ¿por qué ves y lloras?
¿A qué región vas?
- La injusta ley de los Blancos
me arrebata del hogar.
Voy al trabajo y al hambre,
voy a la mina fatal.
- Tú, que partes hoy en día,
¿cuándo, cuándo volverás?
- Cuando el llama de las punas
ame el desierto arenal.
- ¿Cuándo el llama de las punas
las arenas amará?
- Cuando el tigre de los bosques 
beba las aguas del mar.
- ¿Cuándo el tigre de los bosques
en los mares beberá?
- Cuando del huevo de un cóndor
nazca la sierpe mortal.
- ¿Cuándo del huevo de un cóndor
una sierpe nacerá?
- Cuando el pecho de los Blancos
se conmueva de piedad.
- ¿Cuándo el pecho de los Blancos
piadoso y tierno será?
- Hijo, el pecho de los Blancos
no se conmueve jamás.


MANUEL GONZÁLEZ PRADA (1848-1918).-

sábado, 26 de noviembre de 2016

RAFAEL GUILLÉN














CAMPANAS DEL SILENCIO



Superado el sonido y su materia,
todo es estable en el silencio: voces,
desconocidos ejes
de transmisión, impulsos. percepciones,
audible traslación de pensamientos.
El silencio es un altavoz y todo,
a través de su curva resonancia,
encuentra los atajos
más directos de comunicación.
Campanas que voltean
su redondez, pasado
el cerco corporal de lo sensible.
Postrer peldaño en la ascensión sonora.

Silencio, denso medio
en que se manifiesta la absoluta
presencia.
Simultáneamente afluyen
al mandato absorbente
de su vacío, lo desconocido
y conocido, absurdo y explicable,
corporeizado y abstraído. Todo
sin barreras de tiempo ni de espacio.
Librado de partículas extrañas,
cualquier contacto, en el silencio, adquiere
consistencia de soldadura. Nada
puede romperse dentro
de su hermético seno transparente.

Germinación de lo creíble, sube
hacia la realidad o hacia la nada.
En su fluidez se mece
el hielo racional y se licúa.
Tras su lente, se acerca
el infinito. Por su inconsistencia
van evolucionando los posibles.
Es luminoso éxtasis
en donde irrumpe a golpes lo inefable,
conciencia despojada
de su último velo.

En el silencio todo es movimiento,
vibraciones inaprensibles, cambios
de postura que, sin embargo, nada
alteran la constante. Cada tiempo
en su distinta, pero inalterable,
posición, estimula
una eventualidad, a la que basta 
dar el suceso y queda proyectada.

Silencio, manantial
de perfección.
No basta poseerlo.
Existe la pasiva
plenitud de saberse poseído;
sentir que actúa de crisol en toda
nuestra verdad supuesta que, fundida
en él, esquematiza y se depura.


RAFAEL GUILLÉN ("Límites").-

viernes, 25 de noviembre de 2016

MARCOS ANA














YO DENUNCIO


Yo no pido clemencia. Yo no pido
con un hilo de voz descolorida
perdón para la vida que me deben.
Odio la voz delgada que se postra
y el corazón que llora de rodillas
y esas frentes vertidas en el polvo,
hecha añicos la luz del pensamiento.
Yo no pido clemencia. Yo no junto
las manos temblorosas en un ruego.
Arden voces de orgullo en mi palabra
cuando exigen -sin llanto- que las puertas
de la venganza oscura se derriben
y a los hombres descuelguen de sus cruces.
Yo no pido clemencia. Yo denuncio
al dictador cadáver que gobierna
la vida de los hombres con un hacha
y ahora quiere dejar para escarmiento
mi cabeza cortada en una pica.
Yo no pido clemencia.
Doy banderas.
Paso de mano el golpeado
corazón de mi pueblo prisionero.

MARCOS ANA.-

jueves, 24 de noviembre de 2016

RAFAEL ALBERTI












NANA DEL NIÑO MALO




¡A la mar, si no duermes,
que viene el viento!

Ya en las grutas marinas
ladran sus perros.

¡Si no duermes, al monte!
Vienen el búho
y el gavilán del bosque.

Cuando te duermas:
¡al almendro, mi niño,
y a la estrella de menta!


RAFAEL ALBERTI ("Marinero en tierra").-

miércoles, 23 de noviembre de 2016

PABLO NERUDA










HEMOS PERDIDO AUN



Hemos perdido aun este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo.

He visto desde mi ventana
la fiesta del poniente en los cerros lejanos.

A veces como una moneda
se encendía un pedazo de sol entre mis manos.

Yo te recordaba con el alma apretada
de esa tristeza que tú me conoces.

Entonces dónde estabas?
Entre qué gentes?
Diciendo qué palabras?
Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejana?

Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo,
y como un perro herido rodó a mis pies mi capa.

Siempre, siempre te alejas en las tardes
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.


PABLO NERUDA ("Veinte poemas de amor y una canción desesperada").-

martes, 22 de noviembre de 2016

AYES TORTOSA

















      Ayes Tortosa (Granada, 1956). Médico puericultor, ejerció dicha profesión desde 1980 hasta 1985, compartiéndola a partir del año 1983 con la coordinación de la biblioteca y de los talleres de literatura y radio del desaparecido Centro Cultural Infantil de su ciudad. En la actualidad reside en Granada. Colabora en revistas especializadas y en el periódico Ideal. Realiza numerosos encuentros de autor y de fomento a la lectura, con niños y jóvenes, en colegios, institutos, bibliotecas...
      Ha publicado en poesía para niños: Versos, canciones y nanas para Nana (1994), Ciudad de tinta y papel (1999), Gran Jefe Cielo (2003), Mi árbol genialógico (2006), Si yo fuera un pez (2009), Versos del Albaicín (2010) y El cuadernillo del Trotamundos (2012). En narrativa: Los cuentos de María del Charco (1995), González & Cía, Una fábrica de relojes de cuco (2000), María Umbeldini y el extraño caso del calcetín (2002), Una extraña historia en el Museo de la Memoria (2009), Los cuentos del Albaicín (2010) y María Umbeldini y el detestable caso de la Playa del Muerto (2011). Otros libros de poesía son: Aires para un minuto lento (1997) y La olla de San Antón y un balcón de estrellas (1998). El libro De aquí, de allá, de Granada (2001) es una recopilación de sus artículos en el periódico Ideal. Muchos de sus poemas y de sus cuentos están recogidos en diversas antologías y libros de texto (Grazalema, Alfaguara, S.M., Edelvives, De La Torre...).






REGALOS



Entre jirones de nubes
sopla y resopla la Luna.
La suave brisa de octubre
columpia al río en su cuna.

Todo está recién creado:
el murmullo de las olas,
la luz de un faro lejano,
el concierto de las ranas,
el aroma de los pinos,
el baile de las palmeras...

Y yo, caminito del mar
con mi niño de la mano
a la luz de las estrellas.
¡Ay, sus ojos asombrados!
¿Alguien puede pedir más?


AYES TORTOSA.-

lunes, 21 de noviembre de 2016

ANA GALINDO












      Nacida en Santa Fé (Granada), se considera motrileña de elección y de corazón. Maestra de educación de adultos en Motril (1994-07) y actualmente en el Colegio de Primaria Virgen de la Cabeza de Motril.
      Coordinadora de programas de lectoescritura y ponente de cursos, por la Delegación Provincial de Educación y el Centro de Profesores de Granada. Es la coordinadora del Proyecto Colaborativo en la red, sobre escritura creativa, Palabras Azules, distinguido por el Instituto de Nuevas Tecnologías, como Blog de Buenas Prácticas Docentes.
      Organiza recitales poéticos de alumnos de tercer ciclo, profesorado y poetas motrileños. Ponente por la UGR en la Facultad de Ciencias de la Educación, con el taller "e-Literatura digital. Creación literaria a través de las herramientas online". Ha recibido numerosos premios de escritura creativa relacionados con la educación.
      Ha participado en poemarios colectivos, así como prologado a otros poetas.
      Actualmente está preparando la publicación de un libro de poemas "Una salamandra en la casa de la lluvia", entre otros muchos proyectos.




ESO FUE LA INOCENCIA


Dibujar en el vaho de los vidrios al despertar
figuras de escarchas sin sentido
sabiendo que nada durarían,
y que no pretendían durar.
Recoger una varilla de junco
arrojándola al agua de la acequia
y verla pasar al otro lado del puente
para detener un momento la huida de toda una estación.



ANA GALINDO LÓPEZ.-

domingo, 20 de noviembre de 2016

MARÍA LUISA POSADAS








      María Luisa Posadas Haro nació un 28 de septiembre de 1951, a orillas del Mediterráneo, en Salobreña (Granada). Realizó sus estudios en el colegio S. Rosario de las MM Dominicas de Motril, y fijó su residencia en la misma ciudad desde que terminó su formación y obtuvo su primer trabajo.
      Maestra de primera enseñanza, de infantil y socorrista, durante más de tres décadas, ha participado como escritora, presentadora, coordinadora y ponente en distintas actividades a relacionadas con la educación. Fue representante de los maestros en el Consejo de Dirección del CEP.
      Amante de su familia, sus amigos, su trabajo, su hogar, las plantas, la naturaleza, su ciudad, la libertad, la solidaridad, la verdad, la cultura, el progreso. En definitiva, DE LA VIDA.
      Escribió sus primeros poemas allá por el año 80, y desde entonces no ha dejado de expresar sus sentimientos más hondos a través de este medio.





POEMA A LA CAÑA DE AZÚCAR


¡Caña!
Tu recuerdo me devuelve
a mi añorada infancia.
Visión de niños que corren,
ríen, juegan,
y chupan cañas.
Abriendo la puerta,
de mi antigua casa
y pensando en ti, ¡caña!
imágenes me asaltan
de un mar
color esperanza.
Vibrante, cortante,
amigo..., y amenazante.
Caña vela...
Caña lanza...
Caña libre...
Caña esclava...
Con mucho esfuerzo y sudor,
en el campo de batalla,
la haza,
se oyen voces, hachuelas,
y el siseo de la caña,
que cae cortada.
Desbrozadas por monderas,
en haces son agrupadas,
y ordenadas en hileras,
para su propia mudanza.
Nuestro cielo, tan azul,
ennegrecido ha quedado.
Diminutas mariposas,
las pavesas,
lo han ido coloreando.
Y un dulce olor a melaza
atrapa el aire que respiramos.
Con ritmo lento y cansino,
las cañas, cual ríos,
dormidas van por los caminos,
a lomos de muchos "Plateros"
con sus amos, los arrieros,
llevando el dulce mar,
hasta el... ¡azucarero!
Caña brava...
Caña blanda...
Caña oro...
Caña plata...
Montado sobre dos ruedas,
que le dan alas
va mi padre calle abajo,
a encontrarse con las cañas.
Campesino y agricultor,
cultiva sus propias plantas,
mas, en campaña,
trabaja de capataz,
dependiendo de la fábrica.
¡Padre,
todo en ti,
fue cielo y savia!
Caña dulce...
Caña amarga...
Caña triste...
Caña amada...



MARÍA LUISA POSADAS HARO.-
  

sábado, 19 de noviembre de 2016

ANA CONSTÁN










      Ana Constán Moreno, natural de Motril (Granada), donde reside en la actualidad. Poeta y autora teatral, ha sido galardonada con diferentes premios. En poesía cuenta con los de Motril, Pinos Puente y el internacional de poesía "Barbate leer" (2009).
      En teatro, con la obra "Julia, mi mujer", obtiene el premio al mejor guión en el certamen "Mariana Pineda" convocado por el Ayuntamiento de Granada (2000), obra representada en distintos escenarios, entre ellos el Teatro Calderón de la Barca de Motril, donde obtuvo el premio a la mejor obra en el I Encuentro de Teatro. Su obra "Gritos de humo", ha sido representada en varias localidades (Salobreña, Loja, etc). Y tiene inéditas las obras "Mírame a los ojos y verás que miento" y "Subversive".
      Entra en el mundo infantil con las adaptaciones para teatro de "El Mago de Oz: Ciudad Esmeralda", "El Principito" y "Ulises: vuelta a casa".
      En 2012 publica el poemario "Sombra de un tiempo".-





CAMINO DE LAS CAÑAS


Algunas calles son como los amigos,
nos pertenecen; visten nuestra piel,
calzan un mismo paso
y un mismo corazón bombea
el latido de un tiempo en sus esquinas.

Algunas calles pasan por tu vida
dando la voz de alarma;
voz de niños indóciles
que rompen con sus gritos y carreras
el ritmo acompasado y ajeno
de verdes hileras de cañas.

Hay calles que regalan
retahílas de risas en tropel.
Ágiles brazos de niñez indómita,
engavillados a la grey
en pos de un cabo,
como febril yugo a su presa.

Hay calles que germinan en las manos
de quienes las trabajan,
anidan de hojas, trancos y portales,
enraízan sinuosas aceras
al frágil tallo de su caña
y endulzan, gota a gota,
seculares heridas de puertas y fachadas.

Algunas calles crecen
en quienes las transitan,
toman su nombre y apellido, 
adoptan su mirada cansada al atardecer
y trenzan con sudor y esfuerzo
el diario despertar de sus afanes.

Hay calles donde aún resuenan
"quejíos" de acarretos en campaña;
calles que se iluminan
con el oscuro rostro de la zafra.


ANA CONSTÁN MORENO.-

viernes, 18 de noviembre de 2016

VICTOR JIMÉNEZ















      Víctor A. Jiménez Jódar nació en Granada en 1978. Es Licenciado en Filología Hispánica y Licenciado en Teoría de la Literatura y Literaturas Comparadas por la Universidad de Granada. Trabaja como profesor de Lengua Castellana y Literatura en un centro de secundaria en Motril.
      Ha colaborado con diversas publicaciones de literatura. Recibió, en el año 2000, el premio de poesía Dámaso Chicharro. En los años 2005 y 2006 realizó, como fundador e integrante del colectivo Grupo Nadie, exposiciones de poesía audiovisual en el Museo Casa de los Tiros de Granada, con motivo de la Noche en Blanco. Ha participado como invitado en el ciclo Poesía para Peatones, junto a otros jóvenes poetas en España y el extranjero. Actualmente ha terminado su primer libro de poesía Anónima presencia.-




PLAYA GRANADA


Un acto de lucidez se asoma y tú te alejas.
Parece que el olvido deviniera en palabras:
la playa rememora su canción del invierno,
las gaviotas, tranquilas, su vestigio persiguen.

Hay un muro aquí cerca donde aún puedo oír
rumores de antiguo amor que las olas aplacan,
una tras otra evocan -adolescente estío-
ese lugar donde ya nunca el volver te espera.



VÍCTOR JIMÉNEZ.-




jueves, 17 de noviembre de 2016

MIGUEL DÍAZ SABIO















MANTO VERDE SIN ESPERANZA



Voy a llorar, madre, si a la vega no me llevas.
Quisiera que fuéramos juntos los dos, para pasear
por sus callejuelas de caña y
jugaremos al escondite en este mar verde y cuando
tú me encuentres caeremos
riendo sobre sus olas cortantes.
Nos sumergiremos más y más profundo y descubriremos a
sus habitantes, cantaremos
con las ranas, grillos y culebras, los pájaros jugarán
al trabalenguas con nosotros
y ya cansados dormiremos una siesta en el frescor
de las altas cañas verdes.
Nos despertarán las abubillas y las garzas perdiéndonos en
el laberinto hermoso de
la vega y al salir madre nos despediremos de todos
cantando la canción que nos
gusta, para volver mañana.
Y la noche cae sobre el manto verde y cogidos de la mano
volvemos a casa
cansados pero felices.
Dormiré toda la noche soñando con el paraíso encontrado,
mis amigos y yo
seremos los exploradores en este sueño.
Vigías y guardas, protectores de sus habitantes
defenderemos su mar y la manta que los tapa.
Madre llévame a la vega, que el día no ha salido y
beberemos rocío con ellos.
He tenido un sueño madre que me espanta, he visto
una vega que no la reconozco al mirarla.
¿Dónde están sus olas verdes meciéndose en el mes de 
Febrero?
¿Dónde guarda su abrigo de broza y cama de mi Lucero?
Por qué mi calle ya no huele a melaza por las mañanas?
Ya no me despierta la sirena de la fábrica ¿dónde fue
su inconfundible llamada?
¿Dónde fueron aquellos hombres, mujeres y niños con
remiendos de pana, espalda
doblada y manos cortadas por las hojas de la caña?
¿Qué ha sido de aquellas reatas de burros negros azabache
y blancos de nácar?
¿Qué queda de ese manto verde sin esperanza?
¿Dónde está la memoria a esa madre que nos dio de 
comer y nos endulzaba los
chupes en cunas desvencijadas?
¡Cómo hemos podido olvidarnos de tanta gente que dio
a la vega su propia alma!
¿Dónde está la alegría de este pueblo cuando celebraba
el fin de la zafra? ¡dónde!
No me despierte hoy madre, pues no veo ese mar verde 
esperanza.
¿Dónde fue mi infancia?
Escribo este pensamiento entre líneas amargas, en esta
hoja de bagazo y caña. Para
que aremos más surcos y labremos más vegas con esperanza,
recuperemos la memoria
de tantos,
que dieron su sudor plantando la primera caña.



MIGUEL DÍAZ SABIO.-

miércoles, 16 de noviembre de 2016

SUSANA RUBIO

















          Susana Rubio Sabio (Motril, 1953). Pasa la niñez en la provincia de Jaén. Ya adolescente, vuelve a Motril; trabaja, forma una familia y años más tarde vuelve a las aulas para conseguir el Graduado Escolar. Ahí comienza su participación en talleres de escritura creativa, primero con Francisco Ayudarte en el "Taller de Escritura Guadalfeo", 95/97, publicándose "Llamaradas 22", colofón de dicho taller.
          En 2002 ve la luz una recopilación de canciones, poemas y romances de tradición oral: "Primera y segunda parte... ¿quién quiere otro?". En un PDC de Cultura Andaluza, dirigido por Regina Vigo.
          De vuelta en el "Taller de Escritura Guadalfeo", escribe poesía y relato, curso 2088/09. En 2012, participa en un libro combinado con el título "Sonetos y arrullos de amor/Poemario y La Reina Mora/Relatario", dedicado a Francisco Tarragona.
          Participa en certámenes literarios a nivel local, obteniendo premios tanto en poesía como en relato; hace teatro y colabora en recitales, etc.




LÁGRIMAS DULCES



Llora Motril por su caña
lágrimas de ron y miel
y el camino..., su camino,
gime de pena también.

No lo transitan las recuas
en tardes primaverales,
cargadas de azúcar nuevo
envuelto en verdes ropajes.

Ya no se ven arrapiezos
como abejas en enjambres,
libando néctares rubios
para saciar "otras hambres".

Aquella caña de armiz
no endulza los paladares,
ni claveles reventones
adornan ya los ojales.

Se fundieron en la vega
la cañadú y el clavel,
en un abrazo sin tiempo;
¡nadie los ha vuelto a ver!

La melaza se ha secado:
no hay zafra ni mondadores,
ni tocones que retoñen
en zocas, o tiernos brotes.

La acequia gorda no quiere
ya, ni siquiera verter
su sangre por los balates:
¡no hay vega que humedecer!

Mudo testigo tú fuiste:
Mutrayil, de los amores
de la caña y el clavel,
de la vega y sus colores.


SUSANA RUBIO SABIO.-

martes, 15 de noviembre de 2016

MARI TRINI HURTADO MONTERO





















LAS BELLEZAS NATURALES DE MOTRIL



Motril, bendita tierra
donde Dios sembró mil flores,
que perfuman con sus aromas,
las tardes con arreboles.
Motril, donde el sol calienta
casi tres cuartos del año,
donde los frutos maduran temprano.
Motril, coronado por montañas.
Que cuando llega el invierno,
las cubre de nieve blanca,
que le prestan su belleza,
y su frío, no lo daña.
Motril, con su hermosa vega,
donde crecían las cañas.
Motril, con sus muchas playas,
bañadas por aguas claras,
que sus olas, tus pies,
¡alfombran de espumas blancas!
Tienes, corona de nieve pura,
alfombra de blanca espuma,
tus gentes, como su tierra,
son buenas gentes.
Todos estos sentimientos,
brotan muy dentro de mí,
al contemplar, percibir...
Las bellezas naturales, de esta
noble y leal, ciudad de Motril.


MARI TRINI HURTADO MONTERO.-

lunes, 14 de noviembre de 2016

FRANCISCO ESTÉVEZ RAMOS














          Paco Estévez Ramos nació en el pueblo alpujarreño de Capileira, en 1959. Allí pasó su infancia. Sus estudios de bachillerato le llevan a Granada y posteriormente a Ronda, por traslado laboral de su padre.
                Hace Ciencias Químicas en la UGR. Allí, contagiado por la febril actividad cultural de finales de los años 70, empieza a asistir a recitales y a leer a poetas contemporáneos y de la generación del 27, que marcarían su arranque en el mundo poético.
               En los 80 reside en Motril, donde participa en la creación de un colectivo de poetas locales, que organizará, con la asociación "Colectivos Culturales", los primeros recitales al aire libre, amenizados por cantautores. La Concejalía de Cultura edita unos cuadernillos con los poemas recitados, ilustrados por el pintor local Pepe Baena. Y colabora en la revista Guadalfeo que dirige su amigo y poeta motrileño Paco Ortega y cuyo mecenas es el animador cultural Antonio Reyes.
              Tras vivir en Madrid, vuelve al sur, y reside desde hace 25 años en la gentil Málaga, viajando frecuentemente a Motril, de quien se considera hijo adoptivo.-




AROMA DE ATARDECER


Sólo ha quedado de la tarde
un aroma encendido
que expira lentamente,
hiriendo en su agonía
un esplendor fugaz.
Sólo se duermen los sueños
que habitan en la estancia
lejana de las rosas marchitas.
Ha quedado una brisa arrinconada
en los oscuros recovecos,
de tus horas recientes.
A lo lejos cabalgan
minutos galopantes
derribando jinetes
entre nubes espesas,
y el silencio las deja
un recuerdo estremecido
de himnos funerarios.
Ya se acerca la noche
con manto sin estrellas,
y la luna nos mira
con cara de perdón.
Sólo quedó un cierto aroma
de jazmín vagando por tus sueños.


FRANCISCO ESTÉVEZ RAMOS.-

Aula de Pensamiento Francisco Javier de Burgos: La sociedad que educa. Parábolas para los tiempos ...

Aula de Pensamiento Francisco Javier de Burgos: La sociedad que educa. Parábolas para los tiempos ...: ANTONIO LARA RAMOS  e s doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Granada y licenciado en Ciencias de la Educación en la Uni...

domingo, 13 de noviembre de 2016

ANTONIO REYES








RECUERDOS DE LA ZAFRA


El aire huele a dulce...,
ya es primavera,
y el humo de las fábricas
pinta la sierra...

Las muchachas de Osuna
y de Albuñuelas,
ya remiendan sus sayos
de basta tela.

El aire huele a dulce...,
ya es primavera,
y el pito de las fábricas
suena que suena.
"¡Dónde estará mi novio!,
¡quién lo trujera!"
Ya cantan las mocitas,
ya desesperan.

El aire huele a dulce,
ya es primavera...,
y el ruido de las mondas
surca mi tierra.

"¡Dónde estará el mocito
que a mí me quiera!"
¡Qué dura que es la vida
de las monderas!

El aire huele a dulce,
ya es primavera,
y pasan acarretos
frente a mi puerta.

"Capataz de la monda
de la Almudena,
¡que este año me caso,
dame faena!

El aire huele a dulce,
ya es primavera,
los hombres cortan cañas
y ellas las pelan.

"Aguaor", dame agua de
fuente "La Higuera",
agua dulce que calma
a "to" el que espera.

Dulce como el aire
que hay en mi tierra...,
¡cuándo llegan las mondas,
...y es primavera!


ANTONIO REYES.-

sábado, 12 de noviembre de 2016

JOSÉ LUIS GARCÍA HERRERA



















          Esplugues de Llobregat (Barcelona), 1964. Poeta, narrador, rapsoda, crítico literario y técnico químico-alimentario. Fue director de la revista El Juglar y la luna, directivo de la Academia Iberoamericana de Poesía en Barcelona y miembro fundador de los premios literarios "Ciutat de Sant Andreu de la Barca".

          Ha obtenido numerosos premios de poesía (Villa de Benasque, 1999; Blas de Otero de Majadahonda, 2004, entre otros) y de relatos (Villa de Torrecampo, 2006; San Esteban de Gormaz, 2013. Tiene publicados 18 libros de poesía y ha sido incluido en varias antologías. Traducido al euskera,, italiano, francés, portugués y checo.



EN EL CORAZÓN DE LA CAÑA



      Con los pies en la orilla, en Poniente, mi querida playa, contemplaba un horizonte circular de espumas saladas. Frente a mí se extendía la inmensidad azul de un sueño alcanzado con los tiernos remos de la infancia. A mi espalda, un dédalo de calles estrechas y de casas bajas, encaladas con la luz del ayer en la brocha del tiempo y una antigua esperanza de ventanas abiertas al viento que borra las huellas de un dolor eterno. Más allá, abarcando una franja ancha de tierra generosa, se extendía el verdor de la vega, el dulzor de los frutos, los penachos lánguidos de las palmeras, los caminos lentos que seguían el apacible curso de los balates y sus rastrojos. Y más allá aún, tapiando de gris la lejanía del horizonte se alzaban las imponentes paredes de la sierra. Bajo la moneda ardiente de un sol e mediodía, atentos al olor de los espetones con sardinas, jugábamos a ahogaíllas en el agua; nadábamos sin descanso arriesgándonos mar adentro; o salpicábamos vida en cada braceo en busca del reposo de la orilla.
      La vida era un juego, entonces. Un juego de niños que soñaban, cada día, no despertar de ese sueño. Y ahí nos iban las horas, correteando alegres por la playa y bajo los arcos celestes de un mar pintado de cielo. Al caer la tarde, de regreso a casa, hacíamos un alto en el pequeño quiosco que bordeaba una mínima plaza. Y rebuscando en el bolsillo encontrábamos la moneda que dejaba en nuestras manos un pedazo de paraíso nacido en el mar de la vega, en el corazón de la caña. Dulce caña que dejaba en nuestra boca el almíbar de las delicias, el azúcar líquido que recorría los labios como divina recompensa de un día de sol, de sal y de agua.
      Sentados en un poyo del paseo, entretejiendo sonrisas, masticábamos la caña con los ojos cerrados, celebrando aquel jugo sagrado, la savia de una tierra fértil y el sacrificio de hombres y mujeres en la zafra para entregarnos el milagro de aquella carne blanda que con la alquimia y la molienda de la saliva dejaba en nuestra boca sangre de azúcar, miel de caña.-



JOSÉ LUIS GARCÍA HERRERA.-

viernes, 11 de noviembre de 2016

JOAQUÍN PÉREZ PRADOS















RECUERDOS DE UN NATIVO MOTRILEÑO



Desde las alturas del viejo túnel
contemplo los matices del paisaje.
Observo los reflejos plateados del mar
los minúsculos veleros sobre el agua
y el turbio vapor de la calina.

Y desciendo,
me aproximo sin prisas a mi tierra costanera
a mi fértil vega de limos y amapolas
a la pena por tu ausencia.

¿Por qué te fuiste?
Por qué te alejaste de nuestras vidas
llevándote tu aroma,
tus raíces de siglos
los dulces cristales de tu esencia.

Ya no podré sumergirme en tu seno
perderme en tu espesura
disolverme en tu hojarasca
esconderme a tu sombra.

¿Por qué te fuiste?
¿Por qué este triste abandono?
¿Acaso sufriste la indiferencia de los nativos?
Te dimos la frescura del riego,
el sustento del abono

la música del viento
y el calor de nuestra piel.

Ya no podré abrazarte,
sentir tu latido vegetal,
tal vez soñar con tu regreso.

¡Qué mundo aquel de los acarretos!
de la ardua convivencia en los aperos
de horarios y turnos de fábricas
y sencillas tertulias de temporeros.

Ahora nos queda el recuerdo
y viejas fotos en blanco y negro.

Sabemos que te llevaron lejos
a colonizar nuevos territorios
pero que sepas que aquí,
a orillas del Guadalfeo,
en esta tierra que te acogió con amor
nunca caerás en el olvido.


JOAQUÍN PÉREZ PRADOS.-



jueves, 10 de noviembre de 2016

DANIEL VÁZQUEZ BARROS













          La poesía para intentar pertenecer a la realidad de una forma pura y humilde. Buscar la música y la prosa del mundo. Pero ante todo, la literatura y el arte como expiación y fábula del sueño.






RAYMOND CARVER PASEA POR LA PLAYA




La playa acoge el vuelo de los pájaros
en una tarde del invierno.
Un cielo rojo púrpura
dibuja un pintor fascinado.
La arena de la orilla
absorbe la espuma del mar,
y es posible que sea
lo más bello que has visto nunca.

Un barco vuelve al puerto con la pesca.

Como aljófar minúsculo
la humedad del atardecer
lame la ropa.
Se va la tarde
mientras bajo tus pies suenan las olas
que van y vienen sin descanso
en una tarea infinita.


DANIEL VÁZQUEZ BARROS .-

miércoles, 9 de noviembre de 2016

FRANCISCO C. AYUDARTE GRANADOS















Ni la alborada añil en primavera,
ni del otoño las cobrizas horas,
ni las olas del bravo mar sonoras,
ni la canción del mirlo placentera.

Tampoco el pasto fresco en la ribera
con su aroma de rosas soñadoras,
ni las fragantes lluvias sembradoras
del perfume del pan, ni la madera.

No el sabor abejero de la miel,
ni los quesos o vinos escogidos,
ni el mejor plato del mejor menú.

Ni los vientos que soplan en la piel.
...Todo lo que han sentido los sentidos.
Mas nada es tan hermoso como tú.


FRANCISCO C. AYUDARTE GRANADOS ("En segunda persona").-

martes, 8 de noviembre de 2016

PRESENTACIÓN NOVELA "LOS DÍAS LEJANOS", DE ROLANDO SALAS CABRERA





          El pasado martes 25-10-2016, a las 20'30 horas en en Palacio de Ventura de la localidad de Motril (Granada), tuvo lugar la presentación de la primera novela del poeta y dramaturgo Rolando Salas Cabrera.
             Ante un nutrido público, el Ateneo de Motril presentó esta obra en un ambiente íntimo y distendido. Rolando nos leyó algunos pasajes de su libro y se acompañó de otro buen amigo, el cantautor motrileño Diego Domínguez que, con su eterna guitarra, nos deleitó a los presentes con cuatro canciones chilenas que han significado algo en la vida del autor.
            
          Rolando Salas Cabrera nació en 1939, cuando terminaba la guerra civil y el (navío) Winnipeg descargaba 2000 refugiados republicanos en el chileno puerto de Valparaíso. Perdiendo la madre a temprana edad y con una salud frágil potenciada por la miseria, vivió la infancia entre un padre triste y unas abuelas que estaban algo locas. Del padre, escritor de novelas policíacas, heredó el gusto por las letras. De la madre, una de las primeras asistentes sociales del país, el compromiso social. La infancia fue dura, a falta de modelos a seguir, la vida en la calle con el hermano fue su principal escuela. El arte, como para muchos, fue estrategia de sobrevivencia. Así se convirtió en poeta, actor y titiritero. El arte lo llevó a la política y ésta al exilio.
          Radicado en la ciudad de Motril, ha publicado cinco libros de poesía, dos de ellos también en alemán.  Ahora nos presenta sus memorias, aquellos recuerdos selectivos e imaginados en forma de novela que vale la pena contar y leer y compartir.


* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *


          Los días lejanos son aquellos de la infancia. Es ese tiempo en que descubrimos la vida con ojos curiosos y pecho abierto. Mi infancia ocurrió en Chile, ese país delgado, rebelde y místico, bañado por el Océano Pacífico y acurrucado en la Cordillera de los Andes. Ahí lejos, donde termina el mundo y cae el sol. Corrían los años 40 del siglo pasado, medio mundo se encontraba en guerra, España se sumía en la oscuridad, y Chile a un siglo de su independencia aún procuraba convertirse en nación. Reinaba el hambre y la desesperación. Así crecimos, junto a las abuelas y los gatos, buscando al padre por los bares, masticando hambre y lluvia por las calles de un Santiago pretencioso, aprendiendo a leer la bondad y el peligro en los ojos de la gente -era importante para sobrevivir- y valorando los instantes de alegría y ternura para luego descubrir el amor.-


* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *



          Rolando nos habla en su novela de esa niñez solapada por el paso de los años, rememorada en la distancia que dan los años y los kilómetros. Con una caterva de personajes espléndidos e inverosímiles en algunos casos, recorre las calles de su Santiago natal, allá en Chile y a todas las personas que, por un motivo u otro, lo marcaron para llegar a ser lo que hoy en día es: un poeta, luchador, solitario, dramaturgo, lobo viejo que mira a la vida con ojos de nostalgia y, porqué no, de rencor.
          Muchos avatares recorridos y penados, "Los días lejanos" se lee de un tirón, echando de menos más historias, porque las que hemos leído ya son también nuestras.
          Rolando nos demuestra, una vez más, con su voz acaramelada e íntima, que la prosa no tiene que estar reñida con la poesía, sino al contrario, se complementan y se enzarzan en una lucha de palabras y sentimientos.
          Leed este libro. A veces, y solo a veces, no es necesario tener alas para volar más allá del corazón y escapar a parajes que nos curtieron como personas.