DISPERSIONES

DISPERSIONES

domingo, 31 de enero de 2016

CICLO POESÍA DE TERROR






La ruptura (La ruptura) es un poema de amor de la escritora uruguaya Delmira Agustini, publicado en la colección de poemas de 1913: Los cálices vacíos.
La ruptura expone una de las facetas más admirables de Delmira Agustini: la capacidad de avivar el caos interior sin apaciguarlo bajo la luz de la palabra, es decir, sin someter el efecto a sus medios expresivos. En otros poetas, el resultado de esta operación temeraria suele ser una de las formas del tedio. No en Delmira Agustini, por cierto, cuyos ejercicios introspectivos dejan la impresión de un profundo y brutal autoconocimiento.


LA RUPTURA


Erase una cadena fuerte como un destino,
sacra como una vida, sensible como un alma;
la corté con un lirio y sigo mi camino
con la frialdad magnífica de la Muerte... Con calma
curiosidad mi espíritu se asoma a su laguna
interior, y el cristal de las aguas dormidas,
refleja un dios o un monstruo, enmascarado en una
esfinje tenebrosa suspensa de otras vidas.



DELMIRA AGUSTINI (1886-1914).-

sábado, 30 de enero de 2016

CONFERENCIA ARQUITECTURA Y URBANISMO DE MOTRIL. CENTRO SAN AGUSTÍN. MOTRIL 29-01-2016.-



      El viernes 29-01-2016, el Aula de Pensamiento Francisco Javier de Burgos ofreció la conferencia "Arquitectura y Urbanismo de Motril", impartida por el arquitecto y Jefe de Urbanismo del Ayuntamiento de Motril Juan Fernando Pérez Estévez y por el arquitecto y Presidente de la Cámara de Comercio de Motril. 
      El acto comenzó a las 20'30 horas en el Centro San Agustín de la localidad de Motril y contó con un nutrido grupo de asistentes que, después de casi dos horas de conferencia, se quedaron con ganas de más.
      Un exhaustivo repaso al urbanismo de nuestra localidad y a los numerosos proyectos arquitectónicos que en la actualidad han quedado aparcados con motivo de la pertinaz crisis. 
      Acompañando a los ponentes en la mesa, el Presidente del Aula de Pensamiento Gerardo Martín y Vicepresidente Manuel Domínguez.

      Gracias a todos por vuestro apoyo. ¡Seguimos!


      Cada ciudad es una genuina y única tela de araña definida por sus calles, estrechas y caprichosas las más antiguas, colosales y amplias las más modernas; tantas veces se codean y se cruzan como tantas otras convergen en populares plazas. Todas ellas albergan edificios con funcionalidad diversa, predominando aquellos dedicados a albergar el devenir diario de sus ciudadanos, nuestros hogares.

      “Un arquitecto es un dibujante de sueños”
        “an architect is the drawer of dreams”

Grace McGarvie
























CICLO POESÍA DE TERROR



Como la mayoría de los poemas de Isabella Valancy Crawford, La Rosa tiene demasiados elementos visuales como para elaborar una introducción oportuna. Vale afirmar que ella ha sido una poeta sin temores; nada la intimida. Como sustento a esta observación diremos que ningún escritor asustadizo podría comenzar un poema con estos versos:
The Rose was given to man for this...
Como preludio de un poema resulta interesante; escribir el resto es una pesadilla.



LA ROSA/THE ROSE



La Rosa fue otorgada al hombre para esto:
cuando la contemple en sus últimos años
los besos del recuerdo surgirán del pasado,
y del amor y la pena su llanto prolongado;
o siendo ciego deberá sentir el anhelo
de los viejos aromas que rondan su corazón,
hasta que vea en el amplio lienzo de la memoria
todas las rosas que conoció.
Quizás la tribulación guíe su dedo descuidado
sobre el cristal frágil de la copa restante,
entonces sentirá los labios muertos del infante
sobre sus propios labios desgastados.
Tal vez sordo y enamorado de su estrella
casi escuchará una fugaz alondra,
o el amor distante del ruiseñor
a través del oscuro rocío brillante.
El dolor perdido en caminos interminables,
tumbas arcaicas en círculos y reflejos,
su poderoso y vital aliento canta su suerte
convocando las raíces del sombrío Tejo,
atándolo a la vida, jamás a la muerte.


ISABELLA VALANCY CRAWFORD (1850-1887).-

viernes, 29 de enero de 2016

CICLO POESÍA DE TERROR








No sólo es uno de los grandes poemas de A.E. Housman, sino una de las estribaciones finales del romanticismo en la agonía del período victoriano.
Por su lenguaje crudo y directo, el poema nos recuerda a la vieja poesía inglesa, con sus lentas elegías y canciones fúnebres. Aunque de hecho en esta simpleza se esconda una mente reflexiva, lúcida, infinitamente melancólica.


LA PARTE INMORTAL/THE INMORTAL PART



Cuando me encuentro con la aurora,
o acostado espero la noche para soñar,
he oído dentro a mis huesos balbucear:
otro día, otra noche, otra hora.
Cuando estos sentidos se deshagan
estos pensamientos de polvo descansarán,
el hombre de carne y espíritu morirá,
y el hombre de los huesos persistirá.
Esta lengua que habla, estos pulmones que gritan,
esta vitalidad que nos apresura y desea,
este cerebro que llena el cráneo con ideas,
silbando tranquilo en su colmena de sueños,
estos hoy que tan orgullosos poseemos,
pequeños señores de un ínfimo ahora:
los huesos inmortales tomarán el control
de la carne muerta y la muerta hora.
Hasta que la víspera y el ocaso se hayan ido:
lenta baja la interminable noche,
y el nuevo nacimiento cae sin reproche,
que durará tanto tiempo como la tierra.
Vagabundos del este, peregrinos inquietos,
¿saben por qué no pueden descansar?
es que cada hijo de su madre terrenal
viaja con su propio esqueleto.
Acuéstate en tu lecho de polvo;
saborea la fruta que debes soportar,
trae la semilla eterna hacia la luz,
y tus albas serán iguales a la noche.
Descansa de la pena y la maldad,
ya no le temas al calor o al sol,
ni a la nieve del invierno salvaje,
tu nueva labor es en soledad.
Buque vacío, mortaja desgarrada,
nuestra caja y vestidos no son eternos,
otro día, otra noche, otra hora.
Así balbucean dentro mis huesos.
Por lo tanto harán mi voluntad,
hoy, que aún soy el señor de un día,
la vida y la carne aún son mías,
y el aliento hosco es mi esclavo.
Antes de que el fuego del sentido decaiga,
este humo del pensamiento golpeará la distancia,
flotando en la antigua noche sin besos
como un ejército de inmortales huesos.

ALFRED EDWARD HOUSMAN (1859-1936).-

Aula de Pensamiento Francisco Javier de Burgos: Urbanismo y arquitectura de Motril

Aula de Pensamiento Francisco Javier de Burgos: Urbanismo y arquitectura de Motril: Cada ciudad es una genuina y única tela de araña definida por sus calles,   estrechas   y caprichosas las más antiguas, colosas y a...

jueves, 28 de enero de 2016

CICLO POESÍA DE TERROR






LA CASA FANTASMA/GHOST HOUSE







Habito, lo sé, en una solitaria casa
Que hace muchos veranos desapareció,
Salvo las paredes del sótano ningún rastro dejó,
Muros donde se abate la luz del día,
Donde las fresas salvajes se arrastran.
Sobre las vallas arruinadas las vides la ocultan
Del bosque, volviendo al campo fértil;
Pues el árbol del huerto ha cultivado un bosque
Donde aletea el carpintero y corta su madera;
Sanando para bien el sendero que baja.
Habito con un extraño dolor en el corazón,
En aquella morada desaparecida sin un rumor,
Sobre aquel camino perdido y olvidado,
Que ni siquiera es refugio de lagartos.
Llega la noche, los murciélagos caen con sus dardos;
El ave nocturna llega para silenciar
Los sonidos y la agitación del cielo:
Lo oigo comenzar lejos, muy lejos,
Balbuceando muchas veces su decir,
Antes de que él arribe, sin otra cosa que callar.
Es bajo la pequeña, débil, estrella estival,
Pero nada sé sobre la muda multitud
Que comparte las penumbras junto a mí,
Aquellas sombras bajo el árbol oscuro
Sin duda llevan nombres ocultos en el musgo.
Son gente incansable, pero lentos y tristes,
Aunque dos, los más cercanos, son hombre y mujer,
Ninguno entre ellos se atreve a cantar,
Y a pesar de estar rodeados de soledad,
Como dulces compañeros persisten en este lugar.


ROBERT FROST (1874-1963).-

miércoles, 27 de enero de 2016

POESÍA EN LOS MUSEOS. RECITAL DE ANUNCIATTA VINUESA. MOTRIL 22-01-2016







      El viernes día 22-01-2016, a las 20'00 horas y en el Museo de Historia de Motril (Gr), tuvo lugar un recital poético a cargo de mi amiga Anunciata Vinuesa.
      Anunciata derramó su cálida voz para dejarnos unos versos sencillos pero profundos, que nos hablaban de cosas terrenales y mundanas, de viajes, de amigos...
      Enmarcado dentro del Ciclo de Poesía en los Museos que está llevando a cabo el ayuntamiento de Motril, el acto tuvo un lleno total de público que asistía embelesado al declamar de esta poeta y a los sentimientos que ésta transmitía.



      Anunciata Vinuesa Pons nace en Granada. Vive y estudia en Motril toda su niñez y adolescencia volviendo a Granada a estudiar Psicología. Trabaja como bibliotecaria en la Red de Bibliotecas Municipales de Motril dedicándose al Fomento a la Lectura. Ha impartido talleres y cursos de Animación a la Lectura así como ponente en Jornadas y Congresos. Como bibliotecaria ha realizado una estancia en Nouakchott (Mauritania) y ha estudiado Literatura Africana en la Universidad Eduardo Mondlane de Mozambique.
Ha formado parte de varios Circuitos de Animación a la Lectura, Diputación de Granada y Centro Andaluz de las Letras.
Tiene un poemario publicado …Y en el mar se enredó la buganvilla y ha formado parte de diversas antologías Antología poética en honor a García Lorca,Poetas al SurCantos al SurAntología lírica del mar,Versos para un fin de milenioAntología poética en honor a Elena Martin VivaldiEl puerto y el mar, fotos de familia.
Ha coordinado la Antología No arrasadla, el libro de cuentos Las abuelas cuentacuentos y dos CD Siete cuentos y Once cuentos.












CICLO POESÍA DE TERROR








El siguiente poema de François Villon es, sin dudas, uno de los más bellos de la literatura francesa. Su traducción no ha sido sencilla, ya que mis conocimientos del francés son absolutamente rudimentarios. Tampoco fue simple la redacción de los apéndices al pie del poema, pero creo que el resultado final ha sido bastante digno. Para la traducción del poema nos hemos basado tanto en el texto original, como en la brillante, aunque nada literal versión de Dante Gabriel Rossetti.
Al final del poema hemos añadido algunas notas y observaciones que tal vez le interesen al lector curioso.







LA BALADA DE LAS DAMAS DE ANTAÑO/BALLADE DES DAMES DU TEMPS JADIS




Dime ahora ¿en qué país se oculta
la Doncella Flora, la adorable romana?
¿Dónde yace Archipíada, y dónde Tháis,
las más elegante de las damas?
¿Dónde se esconde Eco, susurrando en qué oídos?
Ella, cuya Belleza era sobrehumana,
Sé que su voz flota sobre el mar y los ríos.
¿Pero dónde está la nieve de aquellos años?
¿Dónde habita Heloisa, la juiciosa monja,
por cuya causa Abelardo, según dicen,
perdió la virilidad y abrazó la causa?
(Del Amor ganó tanto dulzura como infancia)
¿Y dónde le ruego a usted está la Reina
que la voluntad de Buridán poseyó,
arrojando su cuerpo exánime a las aguas del Sena?
¿Pero dónde está la nieve de aquellos años?
La pálida Reina Blanche, Señora de los Lirios,
que con extraña voz de sirena cantabaBerta
la de Gran Pie, Beatriz, Alice,
y Ermengarde, que en todo Maine reinabay
la buena Juana, princesa desatada,
en Lorraine conocida como Buena ama,
que en Rouen quemara al inglés impío;
Virgen soberana ¿dónde yaces guardada?
¿Pero dónde está la nieve de aquellos años?
No, nunca preguntes, Justo Señor,
Cuándo se han ido, ni en qué oculto
sitio se encuentran las doncellas de antaño;
salvo que cantéis el conjuro de estos versos:
¿Pero dónde está la nieve de aquellos años?

FRANCOIS VILLON.-

martes, 26 de enero de 2016

CICLO POESÍA DE TERROR






Si bien es una poeta que nunca se inclinó demasiado por la tristeza en su poesía, Caroline Norton nos ha legado un hermoso poema a la amistad, visto desde una perspectiva extraña, definitiva.




HEMOS SIDO AMIGOS/WE HAVE BEEN FRIENDS TOGETHER





Hemos sido amigos juntos,
Bajo el sol y la sombra;
Desde que los castaños cobijaron
Los primeros juegos de la infancia.
Pero la frialdad habita tu corazón,
Una nube flota sobre tu frente;
Hemos sido amigos juntos
¿Es una palabra la que nos separa?
Hemos sido alegres juntos;
Hemos reído como pequeños duendes;
Pues la esperanza brotaba como una fuente
Cálida y jubilosa en nuestros pechos.
Pero ahora la risa huye de tus labios,
Y una hosca oscuridad brilla en tu frente;
Hemos sido alegres juntos
¿Es una palabra la que nos separa?
Hemos sido tristeza juntos,
Hemos llorado con lágrimas amargas,
Sobre el pasto que cubre las tumbas,
Donde yacen las primeras esperanzas.
Allí duermen las voces silenciosas
Que limpiarán la penumbra de tu frente;
Hemos sido tristeza juntos
¿Qué podría separarnos ahora?



CAROLINE ELIZABETH SARAH NORTON (1808-1877).-

lunes, 25 de enero de 2016

CICLO POESÍA DE TERROR







El poeta inglés Samuel Taylor Coleridge nos habla de la quimera de pequeños fragmentos que nos conforman de manera única.





FANTASMA/PHANTOM



Todos los rasgos y semejanzas tomadas de la tierra,
Todos los accidentes de la casta y el nacimiento han pasado;
No había rastros del azar en su rostro iluminado,
Alzado de la áspera piedra su espíritu era sólo suyo;
Ella, ella misma y solamente ella
Podía brillar a través de su cuerpo.


SAMUEL TAYLOR COLERIDGE (1772-1834).-

domingo, 24 de enero de 2016

CICLO POESÍA DE TERROR






Para iniciar un recorrido por la obra de un gran poeta latinoamericano como el colombiano José Asunción Silva, creemos que lo ideal es hacerlo mediante un conjuro, un llamado a los que estuvieron y ya no están.
La mejor manera de escuchar las voces de los muertos es leyendo, en este caso, un pequeño conjuro poético en la pluma del querido José Asunción Silva.



LAS  VOCES SILENCIOSAS


¡Oh voces silenciosas de los muertos!
Cuando la hora muda
y vestida de fúnebres crespones,
desfilar haga ante mis turbios ojos
sus fantasmas inciertos,
sus pálidas visiones...
¡Oh voces silenciosas de los muertos!
En la hora que aterra
no me llaméis hacia el pasado oscuro,
donde el camino de la vida cruza
los valles de la tierra.
¡Oh voces silenciosas de los muertos!
Llamadme hacia la altura
donde el camino de los astros corta
la gélida negrura;
hacia la playa donde el alma arriba,
llamadme entonces, voces silenciosas,
¡hacia arriba!... ¡hacia arriba!...


JOSÉ ASUNCIÓN SILVA (1865-1896).-

sábado, 23 de enero de 2016

CICLO POESÍA DE TERROR






El umbral de la inmortalidad (Le seuil de l'immortalité) es un poema del escritor francés Boris Vian, publicado en 1949.




EL UMBRAL DE LA INMORTALIDAD/LE SEUIL DE L'IMMORTALITÉ





El umbral de la inmortalidad
Es bastante elevado, de piedra, con plantas,
Uno no advierte que lo está cruzando
Pero del otro lado
bandadas de pájaros sin alas y sin agua
Lanzaban gritos desgarradores.



BORIS VIAN (1920-1959).-

viernes, 22 de enero de 2016

CICLO POESÍA DE TERROR






El poeta inglés Edward Young nos ha dejado una visión apocalíptica del futuro. Sus primeros versos crecen con cierta lentitud, como el preludio pausado de otra alucinación sombría, pero luego el poeta desatará sus sentimientos, hasta que el último día concluya.




EL ÚLTIMO DÍA/THE LAST DAY




Tarde o temprano, en alguna fecha futura,
(Un secreto terrible en el Libro del Destino)
Esta hora será sólo en el arcón de la sabiduría,
Cuando diez mil cosechas se hayan elevado;
Cuando las escenas cambien en esta Tierra que gira,
Los viejos imperios caerán, dando a luz a otros;
Mientras otros Borbones reinan en otras tierras
Y (si el pecado del hombre no lo prohíbe) otras Anas;
Mientras todavía el cansado mundo transita
Los mismos senderos que otros han caminado,
Irreflexivos, como los que ahora corren por sus laberintos
De polvo disuelto, o de un sol extinguido;
(¡Vosotros, mundos sublunares, despertad, despertad!
¡Vosotros, reyes de las naciones, escuchad y temblad!)
Espesas nubes de oscuridad surgirán un día;
Una noche repentina dominará el reposo del planeta,
Vientos impetuosos desgarrarán los bosques;
Las montañas eternas, como sus cedros, cederán,
El valle escuchará los rugidos del océano
Rompiendo las cadenas de sus costas;
Una mancha de sangre crecerá en la luna de plata,
Las sombras invadirán el círculo del sol;
De la intimidad del cielo rodarán los truenos incesantes,
Y su eco profundo atronará en los polos.


EDWARD YOUNG (1681-1765).-



jueves, 21 de enero de 2016

CICLO POESÍA DE TERROR





El Gusano Vencedor es la suma de toda los poemas sobre la muerte, y acaso también de toda la literatura que con dolor y esperanza busca una revancha contra lo efímero de la existencia. Esperamos que el lector impaciente sepa disculpar las siguientes incoherencias, pero no podemos dejar pasar la oportunidad de hablar sobre uno de nuestros escritores más venerados. Edgar Allan Poe utiliza la metáfora del teatro como escenario de su poema, en dónde una serie de patéticos mimos realizan sus maniobras, manejados por "vastas masas informes", sin ser conscientes de que son parte de la obra. De más está decir que se trata de una figura sobre el humanidad. Ahora bien, Poe no sitúa a Dios como espectador directo de esta representación, sino a una serie de ángeles que se debaten entre la piedad y una morbosa curiosidad. Ya al final del poema, se nos anuncia la solemne entrada de una forma reptante, demasiado horrible como para describirla. Es entonces cuando los serafines, con la angustia propia de los ángeles soñados por Poe, observan como los mimos caen uno a uno bajo la lujuriosa voracidad del Gusano. El poema es claramente una metáfora sobre la muerte, pero también es algo más: Quizás una visión sobre las oscuras y caprichosas formas que reptan sin sentido detrás de la razón, detrás de aquel concepto que llamamos Dios.
El Gusano Vencedor fue publicado individualmente en 1843, pero luego fue insertado en uno de los grandes relatos de Edgar Allan Poe: Ligeia, la cual pasaría a ser la autora del poema dentro de la narrativa.




ELGUSANO VENCEDOR/THE CONQUEROR WORM








Ved! En una noche de gala,
En los tardíos años desolados.
Una hueste de ángeles alados,
Envueltos en velos y ahogados en lágrimas,
Sentados en el teatro, para ver
Un drama de temores y esperanzas,
Mientras la orquesta balbucea
La música de las esferas.
Unos mimos, hechos a imagen del Dios Alto,
Murmuran y susurran en voz baja,
Revoloteando de un lado a otro:
Simples títeres que vienen y van
Al capricho de unas vastas masas informes
Que recorren el escenario proyectando
Con sus alas de cóndor el invisible Dolor.
El drama apretado (que no caerá
En el olvido, estad seguros)
Con su fantasma perseguido sin cesar
Por una turba que no lo puede apresar,
A través de un círculo que siempre gira
Sobre el mismo espacio,
Y tanta locura, y aun más Pecado
Y el Horror como alma de la intriga.
Pero, ved! en medio del gesticulante tumulto,
Una forma reptante se introduce:
Una cosa sanguinolenta que se debate
En la soledad del escenario.
¡Se retuerce! ¡Se retuerce! Con mortal angustia
Los mimos se convierten en su cena,
Y los serafines lloran al ver los colmillos
Embebidos en sangre humana.
¡Afuera, afuera las luces, afuera todo!
Y sobre cada sombra palpitante
Cae el telón, como una mortaja fúnebre,
Con el rugido de la tormenta,
Mientras los ángeles, pálidos y excitados,
Se ponen de pie y quitando sus velos declaran
Que la obra es la tragedia del Hombre
Y su héroe el Gusano Vencedor.



EDGAR ALLAN POE (1809-1849).-


miércoles, 20 de enero de 2016

CICLO POESÍA DE TERROR








El esqueleto (The skeleton) es un poema fúnebre y satírico del escritor inglés G.K. Chesterton. El esqueleto fue publicado en la colección de poemas de 1900: El caballero salvaje y otros poemas (The wild knight and other poems).




EL ESQUELETO/THE SKELETON



El pinzón que balbucea y la brisa
No son más felices que yo;
Aquí yazco entre flores
Con mi eterna sonrisa.
No; para nada cómodamente;
Aunque por cierto, amigos, por pensar de prisa
No imaginé la muerte, que el buen rey
Ocultó como broma… cuidadosamente.




G.K. CHESTERTON (1874-1936).-

CICLO POESÍA DE TERROR








El baile de los ahorcados (Bal des pendus) es un poema maldito del escritor francés Arthur Rimbaud (18541891), compuesto alrededor de 1872.
El baile de los ahorcados es uno de los ejemplos más brillantes del simbolismo, tal como lo define Arthur Rimbaud, un racional desarreglo sensorial que se apoya en los grandes temas de la poesía. El baile de los ahorcados representa el drama de la guerra en la que Francia estaba sumergida, sin embargo, el poema no es una crónica, sino una sugestiva e incluso humorística visión sobre muerte y sus protagonistas, es decir, aquella generación de jóvenes franceses que perdió la vida por la patria.
Exterminados por amor —el amor a Francia— estos jóvenes mártires son reclamados por la Horca Negra para ingresar, inmediatamente después de la muerte, en una especie de baile alucinante al que son arrastrados por sus propios cadáveres que anhelan la vida.



EL BAILE DE LOS AHORCADOS/BAL DES PENDUS



En la horca negra, amable manco,
bailan, bailan los paladines,
los descarnados actores del diablo;
danzan que danzan sin fin
los esqueletos de Saladín.
¡Monseñor Belcebú tira de la corbata
de sus títeres negros, que al cielo gesticulan,
y al darles en la frente un revés del zapato
les obliga a bailar ritmos olvidados!
Sorprendidos, los títeres, juntan sus brazos gráciles:
como un órgano negro, los pechos horadados ,
que antaño damiselas gentiles abrazaban,
se rozan y entrechocan, en espantoso amor.
¡Hurra!, alegres danzantes que perdisteis la panza ,
trenzad vuestras cabriolas pues el escenario es amplio,
¡Que no sepan, por Dios, si es danza o es batalla!
¡Furioso, Belcebú rasga sus violines!
¡Rudos talones; nunca su sandalia se gasta!
Todos se han despojado de su toga de piel:
lo que queda no asusta y se ve sin escándalo.
En sus cráneos, la nieve ha puesto un gorro blanco.
El cuervo es la cimera de estas cabezas rotas;
cuelga un jirón de carne de su flaca barbilla:
parecen, cuando giran en sombrías refriegas,
rígidos paladines, con bardas de cartón.
¡Hurra!, ¡que el cierzo azuza en el vals de los huesos!
¡y la horca negra muge cual órgano de hierro!
y responden los lobos desde bosques morados:
rojo, en el horizonte, el cielo es un infierno.
¡Zarandéame a estos fúnebres capitanes
que desgranan, ladinos, con largos dedos rotos,
un rosario de amor por sus pálidas vértebras:
¡difuntos, que no estamos aquí en un monesterio!.
Y de pronto, en el centro de esta danza macabra
brinca hacia el cielo rojo, loco, un gran esqueleto,
llevado por el ímpetu, cual corcel se encabrita
y, al sentir en el cuello la cuerda tiesa aún,
crispa sus cortos dedos contra un fémur que cruje
con gritos que recuerdan atroces carcajadas,
y, como un saltimbanqui se agita en su caseta,
vuelve a iniciar su baile al son de la osamenta.
En la horca negra bailan, amable manco,
bailan los paladines,
los descarnados danzarines del diablo;
danzan que danzan sin fin
los esqueletos de Saladín.


* * * * * * * * * * *

Au gibet noir, manchot aimable,
Dansent, dansent les paladins,
Les maigres paladins du diable,
Les squelettes de Saladins.
Messire Belzébuth tire par la cravate
Ses petits pantins noirs grimaçant sur le ciel,
Et, leur claquant au front un revers de savate,
Les fait danser, danser aux sons d'un vieux Noël !
Et les pantins choqués enlacent leurs bras grêles
Comme des orgues noirs, les poitrines à jour
Que serraient autrefois les gentes damoiselles
Se heurtent longuement dans un hideux amour.
Hurrah ! les gais danseurs, qui n'avez plus de panse !
On peut cabrioler, les tréteaux sont si longs !
Hop ! qu'on ne sache plus si c'est bataille ou danse !
Belzébuth enragé racle ses violons !
Ô durs talons, jamais on n'use sa sandale !
Presque tous ont quitté la chemise de peau ;
Le reste est peu gênant et se voit sans scandale.
Sur les crânes, la neige applique un blanc chapeau :
Le corbeau fait panache à ces têtes fêlées,
Un morceau de chair tremble à leur maigre menton :
On dirait, tournoyant dans les sombres mêlées,
Des preux, raides, heurtant armures de carton.
Hurrah ! la bise siffle au grand bal des squelettes !
Le gibet noir mugit comme un orgue de fer !
Les loups vont répondant des forêts violettes :
A l'horizon, le ciel est d'un rouge d'enfer...
Holà, secouezmoi
ces capitans funèbres
Qui défilent, sournois, de leurs gros doigts cassés
Un chapelet d'amour sur leurs pâles vertèbres :
Ce n'est pas un moustier ici, les trépassés !
Oh ! voilà qu'au milieu de la danse macabre
Bondit dans le ciel rouge un grand squelette fou
Emporté par l'élan, comme un cheval se cabre :
Et, se sentant encor la corde raide au cou,
Crispe ses petits doigts sur son fémur qui craque
Avec des cris pareils à des ricanements,
Et, comme un baladin rentre dans la baraque,
Rebondit dans le bal au chant des ossements.
Au gibet noir, manchot aimable,
Dansent, dansent les paladins,
Les maigres paladins du diable,
Les squelettes de Saladin.



ARTHUR RIMBAUD (1854-1891).-

CICLO POESÍA DE TERROR





Nuestro primer poema de la escritora norteamericana Sara Teasdale es todo un clásico de aquellas tierras. Claro que este hecho no lo convierte en un poema popular, pero si en una muestra admirable de lo que puede producirse en unos pocos versos.




DESPUÉS DE LA MUERTE/AFTER DEATH


Ahora, mientras mis labios viven
Sus palabras eternamente deben callar,
¿Pues mi alma habrá de recordar
Su voz cuando esté muerta?
Sin embargo, si mi alma lo recuerda
Tu atención ya no será mía, querido;
Pues ya nunca entenderás el latido
De aquello que no puede oírse.


SARA TEASDALE (1884-1933).-

martes, 19 de enero de 2016

PENSAMIENTOS













CICLO POESÍA DE TERROR



No todos los crepúsculos se tejen en la poesía del norte. América latina también sabe de atardeceres, de aquello que la mitología de la India conoce como Ushas, la luz que se demora en el cielo cuando el sol no ha nacido, o cuando es recuerdo. Nuestro crepúsculo de hoy viene de la mano del poeta colombiano José Asunción Silva; un hombre que decidió partir precipitadamente del mundo en 1896. La leyenda dice que antes de perforar su pecho de un disparo, tuvo la templanza de consultar debidamente a un médico para informarse del punto preciso en donde está el corazón.
Además de ser un suicida eficaz, José Asunción Silva es uno de los poetas más impresionantes del romanticismo y el modernismo latinoamericano; y sus crepúsculos (tres, hasta donde llega mi memoria) son los más bellos de nuestra literatura.




CREPÚSCULO


En la tarde, en las horas del divino
crepúsculo sereno,
se pueblan de tinieblas los espacios
y las almas de sueños.
Sobre un fondo de tonos nacarados
la silueta del templo
las altas tapias del jardín antiguo
y los árboles negros,
cuyas ramas semejan un encaje
movidas por el viento
se destacan oscuras, melancólicas
como un extraño espectro!
En estas horas de solemne calma
vagan los pensamientos
y buscan a la sombra de lo ignoto
la quietud y el silencio.
Se recuerdan las caras adoradas
de los queridos muertos
que duermen para siempre en el sepulcro
y hace tanto no vemos.
Bajan sobre las cosas de la vida
las sombras de lo eterno
y las almas emprenden su viaje
al país del recuerdo.
También vamos cruzando lentamente
de la vida el desierto
también en el sepulcro helada sima
más tarde dormiremos.
Que en la tarde, en las horas del divino
crepúsculo sereno
se pueblan de tinieblas los espacios
y las almas de sueños!



JOSÉ ANTONIO SILVA (1865-1896).-

CICLO POESÍA DE TERROR






Astrophobos es con certeza uno de los mejores poemas de Howard Phillip Lovecraft. Puede decirse que, como muchos otros aspectos de la obra de Lovecraft, el poema fue inspirado en Edgar Allan Poe. De hecho, en los versos de Astrophobos se cita al ángel Israfel, sobre quien Poe escribió un bello poema.
Creo que aquel sentido cósmico, sobre el que tanto insistió Lovecraft, está logrado magistralmente en el poema. Tanto la construcción de la trama como la elección quirúrgica de las palabras son propias del refinamiento lovecraftiano.
Supongo que los amantes de Lovecraft sin dudas estarán de acuerdo, y los que desconozcan su faceta como poeta seguramente se sorprenderán por la simpleza y profundidad de este poema.




ASTROPHOBOS




Brillando en el cielo de medianoche,
Sobre los abismos etéreos y distantes,
Me acechaba, anhelante,
Una seductora, resplandeciente estrella;
Cada crepúsculo retornaba
Brillando en el Carro Ártico.
Místicas formas bellas se fundían
En sus gloriosos rayos dorados,
Fantasías de dicha descendían
En miríadas de elisíaco placer.
De sus coros de liras se extendían
Como cantos de Lidias melodías.
Pensé que el placer reinaba allí,
Donde el libre y el bendito habitan,
Y cada instante un tesoro traía
Envuelto en flores de loto,
Flotando en una nota líquida
Del laúd del viejo Israfel.
Allí, me dije, existen
Mundos de felicidad desconocida,
Donde la inocencia es alabada
En el trono de la coronada virtud;
Hombres de luz, de pensamientos
Más puros, más diáfanos que los míos.
Entonces sentí horror ante la visión,
Se tornó roja y delirante;
La esperanza se disolvió en burla,
La belleza en fealdad;
Himnos extraños se arrastraron,
Signos espectrales se mezclaron.
Carmesí ardió la estrella de la locura
Que antaño admiré tan bella;
Todo era triste donde hubo felicidad,
Y en mis ojos tembló una verdad;
Infames demonios salvajes desfilaron
A través de mi febril visión.
Ahora conozco la satánica fábula
Que surgía de aquel dorado esplendor;
Ahora evito la tétrica luz
Que antaño amé con fervor;
Pero el horror, estable y mortal,
Acechará mi alma por siempre.



HOWARD PHILLIP LOVECRAFT (1890-1937).-

CICLO POESÍA DE TERROR





Amor y muerte (Love and Death) es un poema gótico de la escritora irlandesa Lady Rosa Mulholland Gilbert (18411921), publicado en 1891.
Rosa Mulholland nació en el seno de una familia de científicos. Desde muy joven intentó dedicarse a la pintura, hasta que conoció a Charles Dickens, quien quedó muy impresionado por sus esbozos poéticos y la estimuló a seguir la carrera de escritora.
A partir de aquel encuentro Rosa Mulholland se animó a testimoniar algunos buenos relatos de terror y una serie de poemas difíciles de encasillar, aunque todos ellos están fuertemente influenciados por el gótico tardío.



AMOR Y MUERTE/LOVE AND DEATH




En el clima salvaje de otoño, cuando la lluvia flotaba sobre el mar
Y las ramas sollozaban juntas, la Muerte vino y me susurró:
"He venido a llevarme esas gotas rojas que sangran de tu corazón;
Así como la tormenta quiebra la rosa, tu amor será quebrado por mí."
Murmuró la Muerte cerca de aquí.
En el clima salvaje de otoño una espada de horror se deslizó de su vaina;
Mientras las ramas sollozaban juntas, he luchado una lucha con la Muerte,
Y la vencí con la fe, la vencí por el convencimiento
De que el aire de verano es dulce con la fragancia de la rosa.
Entonces me incorporé, desafiante, mientras la lluvia estaba en su éxtasis,
Y dije queda y sin lágrimas: "Cuando mi fosa hayas construido,
Estas gotas rojas de mi corazón serán tuyas;
Pero así como la rosa quiere siempre ser flor,
Mi amor seguirá siendo amor aún en la tumba ".


ROSA MULHOLLAND (1841-1921).-

sábado, 16 de enero de 2016

CICLO POESÍA DE TERROR





La aparición (The Apparition) es un poema metafísico del escritor inglés John Donne (15721631), publicado en la antología póstuma de 1633: Cantos y sonetos (Songs and Sonnets). John Donne imagina aquí un fantasma ciertamente perturbador, ya que sus hábitos no corresponden al comportamiento que cualquiera esperaría de un espectro.
En él no se advierte ninguna característica típicas de las fantasmagorías góticas: cadenas que se arrastran, largos y oscuros sótanos, gemidos a medianoche. De hecho, el fantasma de La aparición se aleja de todos los estereotipos del género; es, en definitiva, la promesa de un fantasma. El título de este increíblemente agudo poema de John Donne, La aparición, suscita además un amplio margen de interpretación. No se trata de una aparición en el sentido objetivo sino más bien de una epifanía, de un pensamiento que se hace visible, que aparece en la mente del narrador, quien se dirige a una mujer ausente que lo abandonó por otro hombre, recuerdo que lo incita a divagar sobre una terrible venganza de ultratumba.




LA APARICIÓN


Cuando por tu despecho, ¡oh inmoladora!, esté muerto,
y libre te creas ya de todos mis asedios,
vendrá entonces mi espectro hasta tu lecho
y a ti, vestal farsante, en ajenos brazos te hallará.
Dudará entonces tu enfermiza llama,
y aquel, tu entonces Dueño, fatigado ya,
si te mueves, o intentas alzarlo con pellizcos,
pensará que clamas por más,
y en simulado sopor te rehuirá,
y entonces, álamo tembloroso, menospreciada, abandonada,
te bañarás en gélido sudor de azogue,
espectro más real que el mío propio.
Lo que diré no he de decirlo ahora,
no vaya eso a protegerte.
Desvanecido ya mi amor,
antes quisiera verte con dolor arrepentida
que, por mis amenazas, inocente.


*************


When by thy scorn, O murd'ress, I am dead
And that thou think'st thee free
From all solicitation from me,
Then shall my ghost come to thy bed,
And thee, feign'd vestal, in worse arms shall see;
Then thy sick taper will begin to wink,
And he, whose thou art then, being tir'd before,
Will, if thou stir, or pinch to wake him, think
Thou call'st for more,
And in false sleep will from thee shrink;
And then, poor aspen wretch, neglected thou
Bath'd in a cold quicksilver sweat wilt lie
A verier ghost than I.
What I will say, I will not tell thee now,
Lest that preserve thee; and since my love is spent,
I'had rather thou shouldst painfully repent,
Than by my threat'nings rest still innocent.


JOHN DONNE ( 1572-1631).-

CICLO POESÍA DE TERROR



Espíritus de los muertos (Spirits of the Dead) —titulado originalmente: Visitas de los muertos (Visits of the Dead)— es un poema gótico del escritor norteamericano Edgar Allan Poe (18091849), publicado en la antología de 1827: Tamerlán y otros poemas (Tamerlane and Other Poems) y reeditado en 1829 en la colección Al Aaraaf, Tamerlane y otros poemas menores (Al Aaraaf, Tamerlane, and Minor Poems). Espíritus de los muertos retrata el diálogo entre una persona muerta y
un misterioso visitante de su tumba. Edgar Allan Poe nos advierte aquí sobre la naturaleza impostergable de la muerte; curiosamente alejada del pesimismo y la resignación aunque relacionada con una especie de nostalgia por el futuro, de melancolía proyectada hacia los amaneceres y crepúsculos que ya no veremos, presos silenciosos de un destino con forma de ataúd: definitivo, inexorable.




ESPÍRITUS DE LOS MUERTOS/SPIRITS OF THE DEAD



Tu alma, sobre la tumba de piedra gris
a solas yacerá con sombríos pensamientos;
Nadie, en toda esa intimidad, penetrará
en la delgada hora de tu Secreto,
Sé silencioso en esa quietud,
la cual no es Soledad, ya que
Los Espíritus de los Muertos,
quienes te precedieron en la Vida,
en la Muerte te rodearán,
y con Sombras, tu quietud enlazarán;
La Noche, tan clara, se oscurecerá,
y las estrellas nos arrebatarán su brillo
desde sus altos tronos en el Cielo,
con su luz de esperanza para los mortales,
pero sus esferas rojas, apagadas,
en tu hastío tendrán la forma de Fiebre y Llamas,
y te reclamarán para siempre.
Ahora son pensamientos que no desterrarás,
Ahora son visiones casi desvaneciéndose;
De tu Espíritu no pasarán jamás,
como la gota de rocío muere sobre la hierba
La brisa, aliento de Dios, es inmóvil,
y la niebla sobre la colina
Sombría, sombría, y a la vez intocable,
Es una Señal y un Símbolo.
¡Cómo se extiende sobre los árboles,
Misterio de Misterios!

***************


Thy soul shall find itself alone
'Mid dark thoughts of the grey tombstone;
Not one, of all the crowd, to pry
Into thine hour of secrecy.
Be silent in that solitude,
Which is not lonelinessfor
then
The spirits of the dead, who stood
In life before thee, are again
In death around thee, and their will
Shall overshadow thee; be still.
The night, though clear, shall frown,
And the stars shall not look down
From their high thrones in the Heaven
With light like hope to mortals given,
But their red orbs, without beam,
To thy weariness shall seem
As a burning and a fever
Which would cling to thee for ever.
Now are thoughts thou shalt not banish,
Now are visions ne'er to vanish;
From thy spirit shall they pass
No more, like dewdrop
from the grass.
The breeze, the breath of God, is still,
And the mist upon the hill
Shadowy, shadowy, yet unbroken,
Is a symbol and a token.
How it hangs upon the trees,
A mystery of mysteries!




EDGAR ALLAN POE (1809-1849).-

CICLO POESÍA DE TERROR







El último deseo (Dernier voeu) es un poema del escritor francés Théophile Gautier (18111872), publicado en la antología de 1872: Esmaltes y camafeos (Emaux et camées). El último deseo de Théophile Gautier nos ubica en el lecho de un hombre que agoniza. Desde allí, con la extravagante lógica de los sueños y la poesía, nos dará una exquisita reflexión sobre la naturaleza del deseo.
El moribundo protagonista de El último deseo no ansía ni aplazamientos ni prórrogas; no ruega por nuevos amaneceres ni alivio espiritual; de hecho, ni siquiera se vuelca hacia Dios en esos últimos instantes de vida. Acaso por ser el artificio de un soñador, el protagonista de Théophile Gautier sólo tendrá voz y ojos para su amada. Mientras la vida se diluye ante sus ojos todas sus ambiciones y anhelos se convierten en una dudosa cerrazón, y todo lo que alguna vez fue importante, urgente, vital, será apenas una vana sombra.
Es entonces cuando adquiere conciencia de las cosas que realmente importan en la vida, aquellas que vale la pena desear.


*************


EL ÚLTIMO DESEO



Hace ya tanto tiempo que te adoro,
dieciocho años son muchos instantes.
Eres de color rosa, yo soy pálido,
yo soy invierno y tú la primavera.
Lilas blancas como en un camposanto
en torno de mis sienes florecieron,
y pronto invadirán todo el cabello
enmarcando la frente ya marchita.
Mi sol descolorido que declina
al fin se perderá en el horizonte,
y en la colina fúnebre, a lo lejos,
contemplo la morada que me espera.
Deja al menos que caiga de tus labios
sobre mis labios un tardío beso,
para que así una vez esté en mi tumba,
en paz el corazón pueda dormir.


* * * * * * *



Voilà longtemps que je vous aime:
L'aveu
remonte à dixhuit
ans!Vous
êtes rose, je suis blême;
J'ai les hivers, vous les printemps.
Des lilas blancs de cimetière
Prés de mes tempes ont fleuri;
J'aurai bientôt la touffe entière
Pour ombrager mon front flétri.
Mon soleil pâli qui décline
Va disparaître à l'horizon,
Et sur la funèbre colline
Je vois ma dernière maison.
Oh ! que de votre lèvre il tombe
Sur ma lèvre un tardif baiser,
Pour que je puisse dans ma tombe,
Le coeur tranquille, reposer!



THÉOPHILE GAUTIER (1811-1872).-

jueves, 14 de enero de 2016

POESÍA EN LOS MUSEOS. ANTONIO FERNÁNDEZ FERRER, MOTRIL 08-01-2016.-




      El pasado viernes 8 de enero de 2016, a las 20'00 horas y en el Museo Hernández Quero de la localidad de Motril (Granada), tuvo lugar un recital poético enmarcado dentro del ciclo "Poesía en los Museos" que tan acertadamente está llevando a cabo el Ayuntamiento de la mencionada localidad.
      Gran afluencia de público en un noche muy emotiva y que contó con la participación en el recital, además del propio autor, de los poetas Jesús Cabezas, Teresa Martín, José Luis López Enamorado, Patricia Martín y un servidor. Así mismo, Antonio Fernández Ferrer acompañó a estos poetas con su eterna guitarra, versionando en cada uno de los poemas recitados temas como Samba sola nota (tempus fugit); Shape of my heart (poema encadenado); here, there, everywhere (huida); couldn't be better (versos de otoño); blackbird (Granada 1962). También cantó con su peculiar voz la canción "Perfumando amaneceres".
      Para terminar el acto, Ángel Pacheco y Adelina (mujer de Antonio), se arrancaron con el acordeón el primero y con su singular voz la segunda y entonaron una sentida "Marineras" que deleitó a todos los presentes.
      Antes de comenzar el recital Miguel Ángel Pino (coordinador de Cultura del Ayuntamiento de Motril), tuvo unas sentidas palabras para el protagonista de la noche, gran amigo suyo y profesor en sus tiempos de estudiante.


*************

Antonio Fernández Ferrer (Granada, 1952).

Poeta, traductor, bloguero, músico y cantautor. Creador de una poesía intimista, tierna y nostálgica que ha sido definida por José Lupiáñez en el prólogo de uno de sus libros como una poesía cargada de "versos para la confidencia que nos dicen verdades sutiles", unos versos que "tanto alentó la amistad y el amor hizo hondos".















































miércoles, 13 de enero de 2016

CICLO POESÍA DE TERROR






No vengas cuando esté muerto (Come Not When I Am Dead) es un poema del escritor inglés Alfred Tennyson (18091892), publicado en la edición de 1851 de The Keepsake.
Mientras la mayoría de los fantasmas victorianos se muestran insistentes en su deseo de comunicarse con los vivos, el espectro soñado por lord Alfred Tennyson, acusado de agrio y malhumorado, sólo desea que lo dejen descansar en paz. La situación no deja de ser comprensible: imaginemos la existencia de ultratumba, ya de por sí insufrible, perpetuamente agitada por clamores y lamentos provenientes de ataúdes vecinos y acaso por los reproches de prestamistas y usureros, para quienes la muerte rara vez conforma una excusa.
No vengas cuando esté muerto es, contrariamente lo que se piensa, un poema de profundo despecho. Sería fácil caer en la interpretación del amante abnegado que, al morir, prefiere que su amada rehaga su vida; fácil e igualmente errónea.
El lenguaje que emplea Alfred Tennyson es despectivo, directo, casi condenatorio. No desea que su amada evite visitarlo en el cementerio por amor, sino por desprecio de sus lágrimas. Al igual que Alfred Tennyson, desde aquí preferimos alejarnos de los deudos excesivamente
ardorosos.
Una rosa muda, de tanto en tanto, es más que suficiente.




NO VENGAS CUANDO ESTÉ MUERTO/COME NOT WHEN I AM DEAD



No vengas cuando esté muerto
a derramar tontas lágrimas sobre mi tumba,
a pisotear alrededor de mi cabeza caída,
atormentar el infeliz polvo no nos salvará;
deja que el viento me acaricie y que las aves me lloren,
Pero tú, sigue de largo.
Niña, si esto fuera un error o un crimen
poco me importa, siendo mi existencia maldita:
Únete con quien desees pues cansado estoy del tiempo,
y mi único anhelo es descansar.
Pasa, corazón débil, y déjame donde yazgo:
Sigue, sigue de largo.

***************


Come not, when I am dead,
To drop thy foolish tears upon my grave,
To trample round my fallen head,
And vex the unhappy dust thou wouldst not save.
There let the wind sweep and the plover cry;
But thou, go by.
Child, if it were thine error or thy crime
I care no longer, being all unblest:
Wed whom thou wilt, but I am sick of Time,
And I desire to rest.
Pass on, weak heart, and leave me where I lie:
Go by, go by.



LORD ALFRED TENNYSON (1809-1892).-

CICLO POESÍA DE TERROR






EN TU LECHO DE MEDIANOCHE/ON YOUR MIDNIGHT PALLET LYING 


Yaciendo en tu lecho de medianoche,
Escucha debajo de la puerta
a los jóvenes que agotan su luz en suspiros;
llegará el día en que la penumbra los arrebate,
y en la oscuridad ya haya suspiros;
Como la noche que alivia la pena del amante,
Cúbreme con su piedad, ya que no hay mañana para mí.
En la Tierra a la que viajo
un lejano refugio me aguarda.
Su delicada cama está hecha de grava,
y en aquel gentil lecho yaceré;
con el pecho sofocado de cizañas,
descansando sobre otros,
cuya esencia era la luz,
y su destino es el polvo.


*****************



On your midnight pallet lying,
Listen, and undo the door:
Lads that waste the light in sighing
In the dark should sigh no more;
Night should ease a lover’s sorrow;
Therefore, since I go tomorrow,
Pity me before.
In the land to which I travel,
The far dwelling, let me say—
Once, if here the couch is gravel,
In a kinder bed I lay,
And the breast the darnel smothers
Rested once upon another’s
When it was not clay.


ALFRED EDWARD HOUSMAN (1859-1936).-


CICLO POESÍA DE TERROR




El mensajero de la muerte (The Messenger of Death) es un poema gótico del escritor inglés John Stagg (17701823), publicado en la antología de Poemas misceláneos (Miscellaneous Poems).
Uno de los tópicos principales de la literatura gótica es el amor que sobrevive a la muerte, o mejor dicho, el amor de ultratumba, desdichado y antinatural, que finalmente desencadena la catástrofe sobre aquel que aún permanece con vida.
John Stagg versifica en El mensajero de la muerte uno de estos trágicos romances, en este caso, entre lady Jane y lord Walter.
La pobre lady Jane aguarda noticias de su Señor, que combate en las lejanas fronteras de Hesperia. Cierta noche, cuando la esperanza de reencontrarse con su amor aún no se había apagado del todo, un extraño mensajero aparece en su alcoba. Juntos, la dama y el sombrío mensajero, llegarán hasta las costas del arroyo Derwent. Allí, envueltos en la gélida noche, lady Jane y su Señor finalmente volverán a verse bajo la luna, aunque las circunstancias sean, en el mejor de los casos, fatídicas.




EL MENSAJERO DE LA MUERTE/THE MESSENGER OF DEATH



Levántate de tu lecho, bella Lady Jane,
y remueve de tus ojos el sueño,
levántate de tu lecho, bella Lady Jane,
pues vengo noticias que traigo para ti.
Pero rara vez duerme Lady Jane,
casi nunca el sueño visita sus ojos;
desvelada y rendida por su pena,
aún así pregunta: ¿Qué noticias traes para mí?
Alto y soberbio aúlla el gélido vendaval,
¡Escucha cómo corren los cercanos torrentes!
Temo que sea la caprichosa penumbra
que se ríe de mí en la medianoche.
Despójate del sueño, Lady Jane,
levántate de tu lecho, y vete;
quita de ti el sueño, Lady Jane,
pues tengo prisa y no debemos quedarnos.
Di, extraño, ¿cuál puede ser tu prisa
o cuál puede ser tu recado?
¿Quién y de dónde te envían,
o di qué noticias me traes?
Lord Walter, mi querido marido,
ahora vence en las llanuras de Hesperia,
donde con ondean con orgullo los estandartes de Bretaña,
donde la muerte y la devastación reinan.
Tres meses apenas han pasado,
aunque tres largos y penosos meses para mí,
desde que el valiente Lord abandonó estas armas,
y con sus valientes se hizo a la mar.
Aunque parezca largo y tedioso el tiempo,
todavía es poco lo que añoro
pensar en noticias de mi lord
o en noticias de la lamentable guerra.
Levántate de tu lecho, bella Lady Jane,
deja la solitaria alcoba y sígueme;
es de parte de Lord Walter que vengo,
yo soy su mensajero para ti.
Pero dime, extraño, dime dónde
Lord Walter vence, y como le está;
pues, aunque de buena gana oiría sobre él,
mi pecho espera por cuidarte.
¿Lo hará la esposa de Lord Walter,
lo hará su lady Jane,
a medianoche abandonar su lecho
y con un extraño por la llanura caminar?
Levántate de tu lecho, Lady Jane,
levántate, y no demores más;
la noche ha casi culmina, y tengo prisa,
y aquí no puede permanecer más.
Cerca de donde el espumoso Derwent corre,
sus corrientes hacia el oeste van al mar,
allí en la playa, del lado de Solway,
Lord Walter os espera ansioso.
Rápido a la llamada de su bien conocido amo,
por el bosque aparece el halcón,
y a los silbidos acude volando,
de forma rápida, con las alas extendidas.
Y así de su lecho Lady Jane salta,
en realidad, no es perezosa ni lenta,
ni teme por una vez la lluvia torrencial,
ni por los gélidos vientos que puedan soplar.
Se coloca su sobrefalda verde,
su bufanda y su capa azul,
se cierra todo con mucha rapidez
para comenzar su viaje de medianoche.
Ya está fuera de la puerta de entrada
y se aventura entre el viento y la lluvia
con una urgente y extraña rapidez,
por la triste pradera azotada por la tormenta.
Más allá de la colina y el valle, por el pantano y el arroyo
y por muchos páramos ellos se apresuran.
No hablan ni una vez, no paran a descansar
hasta alcanzar el lado del Solway.
La noche es oscura, el turbulento océano
golpea impetuoso contra la costa,
y fuera del agua se escucha un duende
gritando con terrible estruendo.
¿Dónde está mi amado?" ( dijo Lady Jane)
Traedme pronto a Lord Walter.
Veo el mar, veo la costa
pero no puedo ver a mi Señor.
Oh Lady Jane ( el extraño gritó)
Dulce dama, siempre amable y fiel;
¿Porqué te encoges con inocente pavor?
¡El espíritu de tu Señor quien te habla!
En la famosa y tormentosa bahía de Biscay,
nuestro navío se hundió para no navegar más.
Allí, enterrados en una tumba salada,
tu amado marido yace inerte.
Fiel y amable conmigo en vida
tuviste dominio sobre mi alma.
Nuestro amor era mutuo, por eso
¿nuestro será quebrado por la muerte?
Un horror frío sacudió a Lady Jane.
Sus huesos temblaron de horror.
Un frío terrible heló su sangre
y el pulso la abandonó.
Con mirada silenciosa e insensible,
observó y observó al espectro.
Era tan terrible y horrorosa visión
como sus ojos jamás habían visto.
La voracidad oscurecía su cara oscura,
Voracidad de carne arrancada por monstruos insensibles.
Burbujas del mar llenaban sus ojos vacíos,
y de su ropa el agua brotaba.
Sus sienes, una vez gentilmente rubias
se acompasaban ahora con las algas marinas;
y una maraña inmunda de sucias cuerdas
unían las partes de su hermoso cuerpo.
Luego así, con sepulcral voz, una vez más,
el fantasma dijo: ‘Sea como sea
tú debes, mi bella dama,
compartir mi lecho en la muerte.
Ella tembló, y sin vida, sobre la orilla,
Ella cayó; y una gran ola, rápidamente
sobre ella rodó, y con su retroceso
la arrastró hacia una tumba marina.
Nada más se oyó de Lady Jane;
Lord Walter no fue visto más.
Sin embargo los viajeros suelen ver
dos luces vagando por la costa.
Y entre las ráfagas de la tormenta,
se escucha un grito estremecedor,
y dos extrañas figuras a menudo se deslizan
a lo largo de la orilla del arroyo Derwent.



*******************




"Rise from your couch, fair Lady Jane,
And drive the slumbers from your ee',
Rise from your couch, fair Lady Jane,
For I have tidings brought for thee."
But seldom slumbers Lady Jane,
But seldom visits sleep her ee';
O'erwakeful
render'd by her woe,
Yet, say, what tidings bring'st thou me?
Loud blust'ring howls the wint'ry gale,
Hark! how the neighb'ring torrents pour!
I fear 'tis but some wanton night,
That mocks me at this midnight hour.
"Shake off thy slumbers, Lady Jane,
Rise from thy couch, and come away;
Shake off thy slumbers, Lady Jane,
For I'm in haste, and must not stay."
"Say, stranger, what can be thy haste,
Or what may this thine errand be?
From whom, and wherefore art thou sent;
Or say, what tidings bring'st thou me?
"Lord Walter, he my wedded Lord,
Now wins on fair Hesperia's plains,
Where proud Britannia's banners fly,
Where death and devastation reigns!
"Three months are scarcely pass'd and gone,
Tho' three long tedious months to me,
Since brave Lord Walter left these arms,
And with his squadrons put to sea.
"Tho' long and tedious seems the time,
Yet well I ween too short by far,
To think of news from him my Lord,
Or tidings from the woeful war."
"Rise from thy couch, fair Lady Jane,
Rise from thy couch, and follow me;
'Tis from Lord Walter's self I come,
I am his messenger to thee."
"Bleak o'er the heath the whirlwind blows,
Fast falls the rain, as fast can be;
Yet, since thou bear'st my Lord's behest,
I'll leave my couch, and come to thee.
"But tell me, stranger, tell me where
Lord Walter wins, and how he fares;
For tho' from him I fain would hear,
My bosom labours with its cares.
"Would it become Lord Walter's wife,
Would it become his Lady Jane,
At midnight hour to leave her couch,
And with a stranger walk the plain?"
"Rise from thy couch, thou Lady Jane,
Arise, and make no more delay;
The night's far spent, and I'm in haste,
And here I must no longer stay.
"Near where the foaming Derwent rolls,
Its currents westward to the sea,
There on the beach, by Solway's side,
Lord Walter anxious waits for thee."
Swift to her wellknown
master's call,
Up from the brake the falcon springs,
And to the whistling summons hies,
In eager speed, on outstreatch'd wings.
So from her couch sprang Lady Jane;
In sooth, she was not slack or slow,
Nor fear'd she once the drenching rain,
Nor car'd she how the winds might blow.
And she's put on her kertle green,
Her scarf and mantle made of blue;
And donn'd her up with mickle haste,
Her midnight journey to pursue.
And she's unbarr'd the outer door,
And ventur'd 'midst the wind and rain,
And with the urgent stranger sped,
All stormstruck
o'er the dreary plain.
O'er hill and dale, thro' bog and burn,
And many a glen they swiftly hied;
Nor spoke they once, nor stopp'd, not stay'd,
Until they reach'd the Solway side.
The night was dark, the boist'rous main
Impetuous dash'd against the shore;
And oft the water sprite was heard
To shriek with loud terrific roar!
"Where is my love? (said Lady Jane,)
O bring Lord Walter quick to me;
I see the sea, I see the shore,
But no Lord Walter can I see."
"O Lady Jane, (the stranger cried,)
Fair Lady, ever kind and true;
Why shrink you thus with foolish fear?
Lord Walter's spirit speaks to you!
"In Biscay's wellknown
stormy bay,
Our vessel sank, no more to rise;
There, buried in a wat'ry grave,
All cold, thy longlov'd
husband lies.
"Constant and kind to me in life,
Thou held'st dominion o'er my heart;
Our love was mutual; then, shall death,
Our love, so well establish'd, part?"
Cold horror seiz'd fair Lady Jane,
Her frame with deadly terror shook;
An icy coldness chill'd her blood,
And motion ev'ry pulse forsook.
With silent and insensate stare,
She view'd the spectre o'er and o'er,
But such and awful hideous sight
Her eyes had never seen before.
All deadly meagre gloom'd his face,
Of flesh by mideous monsters stripp'd;
Seabubbles
fill'd his vacant eyes,
And from his clothes the waters dripp'd.
His temples, once so comely fair,
Were now with seaweed
compass'd round;
And filthy coils of tangle foul
The parts of his fair body bound.
When thus, with hollow voice, once more,
The phantom said"
Howe'er it be,
You must tonight,
fair Lady Jane,
Expect to sleep in death with me!"
She shriek'd, and lifeless on the shore
She fell; when swift a swelling wave
Roll'd over her, and, with its recoil,
Entomb'd her in a wat'ry grave!
No more was heard of Lady Jane;
Lord Walter he was seen no more,
Save that the neighbours sometimes see
Their spirits wander by the shore;
And oft amidst the whirlwind's blast
Is heard full many a hideous scream,
And two strange figures often glide
Along the side of Derwent stream!



JOHN STAGG (1770-1823).-