DISPERSIONES

DISPERSIONES

lunes, 29 de mayo de 2017

CICLO POESÍA RUSA




MIKHAIL AIZENBERG (1948-)



DENTRO DE UNA PERSONA VIVE EL AGUA...



Dentro de una persona vive el agua. Remoja, empapa.
En su meticulosa e insistente manera
sigue hablando, el agua.
Con el chorrear de los días
es aún más difícil entenderse con ella.
Nunca duerme,
nunca permanece en silencio.

Y ni siquiera intentes vivir en su estilo de vida,
en el curso de su vida de larga, dura labor.
Fíjate si la podés convertir en hielo caliente,
en fluida roca si podés, agua.


MIKHAIL AIZENBERG.-







CICLO POESÍA RUSA



JOSEPH BRODSKY (1940-1996)


CARTAS DE LA DINASTÍA MING



I

Pronto habrán sido trece años desde que el ruiseñor
revoloteó fuera de su jaula y desapareció. Y, al caer la noche,
el Emperador lava su medicina con la sangre
de otro sastre, entonces, apoyado en almohadas de seda,
                                                   [enciende un pájaro enjoyado
que lo arrulla con su nivelado, idéntico canto.
En esta suerte de aniversario, de números primos, errado,
que celebramos en estos días en nuestra "Tierra-bajo-Cielo".
El espejo especial que alisa las arrugas aún
cuesta más caro cada año. Nuestro pequeño jardín está atra-
                                                                    [gantado de yuyos.
El cielo, también, está punzado de chapiteles como alfileres
                                                                    [en las escápulas
de alguien tan enfermo que su espalda es todo lo que nos es-
                                                                      [tá permitido ver
y cuandoquiera que hablo de astronomía
al hijo del Emperador, empieza a bromear...
Esta carta a vos, Amada, de tu Pato Salvaje
es pincelada en perfumado papel de arroz que me ha dado la
                                                                              [Emperatriz.
Ultimamente no hay arroz pero el flujo de papel de arroz es
                                                                            [interminable.

II

"Los caminos de mil li de largo comienzan con el primer
                                                                           [paso", según
reza el proverbio. Lástima que el camino a casa no
depende de ese mismo paso. Excede diez veces
los mil li, especialmente contando de ceros.
Mil li, dos mil li-
mil significa "Tú nunca has de ver
tu lugar natal." Y la carencia de significación, como una plaga,
salta de las palabras a los números, especialmente a los ceros.

El viento nos sopla hacia el oeste como las amarillas cizañas
de vaina seca, allí donde el Muro se hace torre.
Contra él la figura del hombre es fea y rígida como un jero-
                                                               [glífico atemorizante,
como cualquier escritura ilegible que uno observa.
Este tironeo en una sola dirección me ha hecho
algo elongado, como la cabeza de un caballo,
y todo lo que el cuerpo debería ser es gastado por su sombra
susurrando a través de las marchitas briznas del centeno sil-
                                                                                     [vestre.



JOSEPH BRODSKY.- 


CICLO POESÍA RUSA


BELLA AKHMADULINA (1937-2010)


OTOÑO



Sin trabajar, sin respirar,
la colmena se endulza y muere.
El otoño se ahonda, el alma
madura y se vuelve redonda;

arrastrado al cambiante color de los frutos,
arrojado fuera de las ociosas flores.
El trabajo es largo y aburrido en otoño,
la palabra es pesada.

Más y más pesadamente , día a día,
la naturaleza aplasta la mente.
Una lasitud como sabiduría
ensombrece la boca con silencio.

Aún un chico, en su bicicleta,
pedaleando hacia blancas saetas de luz,
de pronto mira hacia arriba
con una pálida, clara tristeza.



BELLA AKHMADULINA.-







miércoles, 17 de mayo de 2017

CICLO POESÍA RUSA




ANDREI VOZNESENSKY (1933-2010)






YO SOY GOYA






Yo soy Goya
sobre el campo desnudo, excavado por el pico del enemigo
hasta que los cráteres de mis ojos bloquearon.
Yo soy el dolor.

Yo soy la lengua
de la guerra, las brasas de las ciudades
en las nieves del año 1941.
Yo soy el hambre.

Yo soy la garganta
de una mujer colgada cuyo cuerpo como una campana
pendulaba sobre una plaza vacía.
Yo soy Goya.

¡Ah, viñas de ira!
He arrojado hacia el oeste
las cenizas de un invitado indeseable
y martillado estrellas en un cielo sin olvido como clavos.
Yo soy Goya.

ANDREI VOZNESENSKY.-

CICLO POESÍA RUSA













OLGA BERGGOLTS (1910-1975)



AL CANTO


Despierta como quieras, pero despierta en mí,
en el frío, en mis silenciosas profundidades.

No te imploraré palabras, pero dame
una señal de que aún estás vivo.

No por mucho tiempo... sólo un momento de tu tiempo.
Si no un verso, sólo un suspiro, sólo un grito.

Sólo un susurro o sólo una queja.
Sólo el sordo sonar de tus cadenas.


OLGA BERGGOLTS.-


CICLO POESÍA RUSA










SERGUEI YESENIN (1895-1925).-




ADIÓS, AMIGO MÍO




Adiós, amigo mío, hasta que nos volvamos
a encontrar, te retengo en mi corazón.
Nuestra largamente anunciada separación
predice reencuentro allá.

Ninguna palabra, ningún apretón de manos, hasta el encuentro;
no sufras, amigo mío, ni te veas muy triste.
En la vida no es ninguna novedad morirse,
y vivir no es, por supuesto, algo más nuevo.

SERGUEI YESENIN.-



viernes, 12 de mayo de 2017

CICLO POESÍA RUSA







VLADIMIR MAIACOVSKY (1893-1930)

 
PASADA LA UNA DE LA MAÑANA...




Pasada la una de la mañana. Debés haberte ido a la cama.
La Vía Láctea derrama un río de plata a través de la noche.
No tengo apuro; con relampagueantes telegramas
No tengo motivos para despertarte o preocuparte.
Y, como dicen, el incidente está cerrado.
El bote del amor se ha estrellado contra la amoladora diaria.
Ahora vos y yo somos renunciantes. Para qué molestarse
en saldar penas mutuas, dolores y heridas.
Mirá qué quietud se establece sobre el mundo.
La noche envuelve el cielo en tributo de las estrellas.
En horas como éstas, uno se alza para arengar
Las épocas, la historia, y la creación toda.


VLADIMIR MAIACOVSKY.-

jueves, 11 de mayo de 2017

CICLO POESÍA RUSA




  



BORIS PASTERNAK (1890-1960)


         
PRIMAVERA




He aquí la primavera. Vengo de la calle en donde se asombra
                                                                                   [el álamo,
donde la lejanía se inquieta y la casa teme ser derribada,
donde el aire es azul como la ropa
del que sale del hospital.

Donde la noche es vacía como una narración interrumpida,
que la estrella deja sin continuación
ante el estupor de mil y mil miradas azules,
insondables, inexpresivas.



BORIS PASTERNAK.-







CICLO POESÍA RUSA













ANNA AKHMATOVA (1889-1966)



¿Cómo puedes mirar al Neva,
cómo puedes pararte sobre los puentes?
Con razón la gente piensa que sufro:
su imagen no me suelta.
Las alas de los ángeles negros pueden abatirte,
cuento los días hasta el Juicio Final.
Las calles están manchadas de espeluznantes fuegos,
hogueras de rosas en la nieve.



ANA AKHMATOVA.-

viernes, 5 de mayo de 2017

CICLO POESÍA RUSA




    VLADISLAV FELITSIANOVICH HODASEVICH (1886-1939)



                                    LA MONA




El calor era feroz. Grandes bosques estaban incendiándose.
El tiempo arrastraba los pies en el polvo. Un gallo cacareaba
en un terreno cercano.
         Mientras abría
el portón de mi jardín vi a un costado del camino
un vagabundo Serbio dormido sobre un banco
su espalda apoyada contra las empalizadas. Era magro
y muy negro, y a lo largo de su semidesnudo torso
colgaba una pesada cruz de plata, que jugueteaba
con el goteante sudor.
       Encima del cerco que estaba sobre él,
ataviado con una enagua carmesí, su mona
estaba sentada mordisqueando ávidamente las polvorosas
                                                                                    [hojas
de un arbusto; un collar de cuero
estirado hacia atrás por la pesada cadena se hundía
profundo en su cuello.
        Oyéndome pasar, el hombre
se revolvió, se limpió la cara, y me pidió algo de agua. Tomó
un sorbo para ver si la bebida no estaba
demasiado fría, y colocó un platillo
sobre el banco, e, instantáneamente, el mono
se deslizó hacia abajo y tomó el platillo con ambas manos
hundiendo los pulgares; entonces, sobre las cuatro patas,
                                                                                       [bebió,
sus hombres presionando sobre el banco, su mentón
tocando las tablas, su espinazo arqueado más alto
que su pelada cabeza. Así, seguramente, hizo Darío
agachándose sobre un charco del camino mientras huía
de las estruendosas falanges de Alejandro.

Cuando la última gota fue sorbida la mona barrió
el platillo del banco, y alzó su cabeza,
y me ofreció su pequeña mano negra y mojada.
Ah, he estrechado los dedos de grandes poetas,
líderes de hombres, mujeres claras, pero ninguna mano
había sido tan exquisitamente moldeada
ni había tocado la mía con tal emoción de familiaridad,
y los ojos de persona alguna habían mirado dentro de mí
con tan profunda sabiduría... Leyendas de eras perdidas
se despertaron en mí gracias a esa deslucida bestia
y de repente vi la vida en su plenitud
y con un tropel de viento y olas y mundos
la música de órgano del universo
detonó en mis oídos, como había hecho antes
en bosques inmemoriales.
        Y el Serbio
entonces siguió su camino golpeando su tamborín:
sobre su hombro izquierdo, como un príncipe Indio
sobre un elefante, se balanceaba su mona.
Un inmenso sol carmesí pero sin sol
colgaba en la lechosa niebla. El sofocante verano
fluía interminablemente sobre el trigo marchito.

Ese día se desató la guerra, ese mismo día.




VLADISLAV FELITSIANOVICH HODASEVICH.-


CICLO POESÍA RUSA


 
EDUARD BAGRITZKY (1885-1934)







                         DULCEMENTE ME DESMAYO

 
 
 
Dulcemente me desmayo
            del aire quieto y los sueños,
Del prolongado tedio penetrante
                    y el vacilante canto:
Me gustan los gallitos
              bordados en lino blanco,
Y los íconos austeros
             el hollín multisecular.
Con devota humildad
               el día sigue al día
Bajo el sofocante zumbido de las moscas.
Una codorniz masculla
              bajo el abatido cielo raso,
Y el dulce de frambuesa perfuma las festividades.

Por la noche el tierno ganso relleno nos deja afectados,
Y la agobiante lámpara-ícono parpadea en tormento.
Y, cuello estirado, el gallito bordado

Sobre el lino inicia su interminable cacareo.

Me concediste acá, Oh Señor, un humilde refugio
Debajo de un generoso techo,
           exento de las preocupaciones cotidianas
Donde días pesados,
         como cucharadas de dulce,
Fluyen espesamente gota a gota.

 

EDUARD BAGRITZKY.-

CICLO POESÍA RUSA




OSIP MANDELSTAM (1891-1937)



                          (ULTIMOS POEMAS)



Si nuestros antagonistas me llevan
Y la gente deja de hablar conmigo;
Si confiscan el mundo entero-
El derecho de respirar y abrir puertas
Y afirman que la existencia existirá
Y que la gente, como un juez, juzgará;
Si se atreven a conservarme como a un animal
Y arrojan mi comida sobre el piso-
No caeré en el silencio ni mitigaré la agonía,
Sino que escribiré lo que soy libre de escribir,
Y unciendo diez bueyes a mi voz
Moveré mi mano en la oscuridad como un arado
Y caeré con todo el peso de la cosecha...


OSIP MANDELSTAM.-

CICLO POESÍA RUSA





  
                     ANDREI BELY (1880-1934)

 
 
                                     SOLO
          
 
 

Las ventanas empañadas.
En el patio cuelga la luna.
Y vos estás parado al tuntún
frente a la ventana.

El viento se muere discutiendo
con la hilera de abedules grises.
Ha habido mucho dolor...
Ha habido muchas lágrimas...

Ante vos se alza involuntariamente
la hilera de años abandonados.
El corazón está dolido; duele
Y yo estoy totalmente solo.
 
 
ANDREI BELY.-

miércoles, 3 de mayo de 2017

CICLO POESÍA RUSA


ALEKSANDR ALEKSANDROVICH BLOK (1880-1921)

 






                                             

Todo es desastre y pérdida.
¿Qué guarda oculto el futuro?
Alza tu áspera vieja vela
marca con el signo de la Cruz
tu coraza de acero.


ALEKSANDR ALEKSANDROVICH BLOK.-








ALEKSANDR ALEKSANDROVICH BLOK.-

CICLO POESÍA RUSA




 
      La poesía rusa (y la "rusoviética") es una de las más fecundas de la modernidad. Alejandro Pushkin es considerado el maestro de las sucesivas generaciones de grandes poetas, a partir de las dos décadas (1817-1837), llamadas la "Edad de Oro" de la poesía rusa, por ser la de más plena producción pushkiana. Por citar sólo algunos, haremos mención a Lérmontov, Tyútchev, Baratinsky, Derwig, Iazíkov, Wiázemsky, Bátiushkov, Davidov, Merzliakov...

      A partir de hoy daremos un somero repaso a la poesía más representativa rusa. Desde luego, no están todos los que son, pero son suficientes para darnos una idea de los derroteros que tomó esta fecunda generación de poetas.



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FYODOR IVANOVICH TYUTCHEV (1803-1873)



PACIFICACIÓN



La tormenta se retiró, pero Thor ya había encontrado su roble,
y ahí yace magníficamente abatido,
y de sus miembros un resto de humo azul
se propaga a los brillosos árboles repintados por la lluvia-

-mientras que el zorzal y la oropéndola se apuran a remendar
sus rotas melodías a lo ancho del bosquecillo,
sobre la cresta del cual apunta el extremo
de un torciente arcoiris bordeado de malva.


FYODOR IVANOVICH TYUTCHEV.-