DISPERSIONES

jueves, 30 de octubre de 2014
CHARLES BAUDELAIRE
EL APARECIDO
Igual que un ángel de ojos fieros
a tu alcoba he de volver,
y junto a las sombras de la noche
hacia ti, calladamente, me deslizaré,
y te daré, ay morena mía,
besos helados como la luna,
y te acariciaré como serpiente
reptando junto a un hoyo.
Al llegar la aurora lívida
mi lugar vacío lo encontrarás
y en él hará frío hasta la noche.
Igual que otros reinan por amor,
en tu vida y en tu juventud yo quiero
reinar por el terror.
Charles Baudelaire ("Las flores del mal"- LXIII).-
lunes, 27 de octubre de 2014
MANANTIAL
Espacioso cielo de verano
Lunas veloces de frente obstinada
Astros desnudos como el oro y la plata
Animales de luz corriendo en pleno cielo
Nubes de toda condición
Alto espacio
Noche derramada
Como el vino en la piedra sagrada
Como un mar ya vencido que inclina sus banderas
Como un sabor desmoronado.
Hay jardines en donde el viento mismo se demora
Por oírse correr entre las hojas
Hablan con voz tan clara las acequias
Que se ve al través de sus palabras
Alza el jazmín su torre inmaculada
De pronto llega la palabra almendra
Mis pensamientos se deslizan como agua
Inmóvil yo los veo alejarse entre los chopos
Frente a la noche idéntica otro que no conozco
También los piensa y los mira perderse.
Octavio Paz ("Antología Poética").-
miércoles, 22 de octubre de 2014
NOVALIS
V
Aún incitas,
vívida luz,
el agotado cuerpo a la tarea-
Me infundes alegría, también vida,
pero no me distraes
del símbolo musgoso
de mis evocaciones.
Con gusto moveré
mis manos laboriosas,
y he de mirar allí
donde me necesitas,
alabaré
la majestuosidad de tu fulgor,
incansable, siguiendo
el hermoso conjunto de tu obra,
su artificiosidad,
observaré
la inteligente marcha
de tu grandioso y lúcido
reloj,
sondearé con gusto
dentro del equilibrio de las fuerzas
y las reglas del juego,
maravilloso juego,
de los innúmeros espacios
y de su tiempo innumerable.
Novalis ("Escritos Escogidos"; V (fragmento)).-
lunes, 20 de octubre de 2014
domingo, 19 de octubre de 2014
PAUL VERLAINE
El son del cuerno se aflige en el boscaje
de algún dolor que huérfano imaginas
que viene a morir al pie de la colina
por entre el cierzo errando en su ladrar.
El alma del lobo llora en esa voz
que asciende con ese sol que declina
de una agonía al parecer mimosa
y que arrebata y contrista a la vez.
Para mejorar esta queja adormida,
la nieve cae en largos trazos de hila
a través del poniente sanguinolento;
tiene el aire el aspecto de un suspiro de otoño,
en la atmósfera suave de monótona tarde
donde se regala un paisaje lento.
Paul Verlaine ("Antología Poética"; IX).-
jueves, 16 de octubre de 2014
ARTHUR RIMBAUD
FIESTAS DEL HAMBRE
Anne, Anne, mi hambre
Escapa en tu borrico.
Si tengo gusto, sólo es
Por la tierra y las piedras
¡Dinn! ¡dinn! ¡dinn! ¡dinn!, yo como aire
La roca, las Tierras, el hierro.
¡Hambres, girad!. Hambres, paced
¡El prado de los sonidos!.
Luego el humilde y vibrante veneno
De las enredaderas;
Los guijarros que un pobre quiebra,
Viejas piedras de las iglesias,
Cantos de río, hijos del diluvio,
¡Panes acostados en valles grises!.
Mis hambres son las puntas de aire negro;
El azul campanero;
-Las tripas que me arrastran.
Es la desgracia.
Sobre la tierra brotaron las hojas:
Voy hacia carnes de fruta podrida.
Recojo en el seno del surco
Los milamores y violetas.
Anne, Anne, ¡mi hambre!.
Escapa en tu borrico.
Arthur Rimbaud ("Poesía Completas").-
martes, 14 de octubre de 2014
JOHN KEATS
SOBRE LA CIGARRA Y EL GRILLO
Nunca la poesía de la tierra fenece:
cuando todas las aves desmayan de calor
y huyen a la frescura del árbol, una voz
recorre seto a seto la pradera segada;
es la de la cigarra, que se pone en cabeza
del fasto de verano y no se sacia nunca
de gozo, porque cuando la diversión le cansa,
reposa agradecida bajo unas gratas hierbas.
Nunca la poesía de la tierra se acaba:
cuando en la solitaria noche invernal la escarcha
ha forjado un silencio, en el hogar resuena
el cántico del grillo, que crece en entusiasmo,
y que al que está sumido en sopor le parece
que fuera la cigarra desde las verdes lomas.
John Keats ("Odas y Sonetos").-
PIERRE DE RONSARD
Me encontraba subido en escalera,
tú al pasar me miraste, y yo al ver que mirabas
me quedé deslumbrado, con el alma azorada
por saberme de pronto así de tus ojos.
Afluyó tu mirada a mis ríos de sangre
como cuando desgarran una nube los rayos,
sentí frío y ardor como efectos de fiebre
y fui herido de muerte por mirar tan agudo.
De no haber agitado esa mano bellísima,
mano blanca, jactancia de ser hija de un cisne,
por tus ojos flechado, muerto fuera, ay, Helena.
Mas tu gesto retuvo aquella alma sin freno,
no querían tus ojos más que ser triunfadores,
se complugo tu mano devolviendo la vida.
Pierre de Ronsard ("Sonetos para Helena"; 9).-
lunes, 13 de octubre de 2014
JUAN ANTONIO MELÉNDEZ VALDÉS
LA FUGA INÚTIL
Tímido corzo, de cruel acero
el regalado pecho traspasado,
ya el seno de la yerba emponzoñado,
por demás huye del veloz montero;
en vano busca el agua y el ligero
cuerpo revuelve hacia el doliente lado;
cayó y se agita, y lanza congojado
la vida en un bramido lastimero.
Así la flecha al corazón clavada,
huyó en vano la muerte, revolviendo
el ánima a mil partes dolorida;
crece el veneno, y de la sangre helada
se va el herido corazón cubriendo,
y el fin se llega de mi triste vida.
Juan Antonio Meléndez Valdés ("Antología Poética"; Sonetos).-
sábado, 11 de octubre de 2014
PEDRO SALINAS
LA VOZ A TI DEBIDA
Tú vives siempre en tus actos.
Con la punta de tus dedos
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías: es tu música.
La vida es lo que tú tocas.
De tus ojos, sólo de ellos,
sale la luz que te guía
los pasos. Andas
por lo que ves. Nada más.
Y si una duda te hace
señas a diez mil kilómetros,
lo dejas todo, te arrojas
sobre proas, sobre alas,
estás ya allí; con los besos,
con los dientes la desgarras:
ya no es duda.
Tú nunca puedes dudar.
Porque has vuelto los misterios
del revés. Y tus enigmas,
lo que nunca entenderás,
son esas cosas tan claras:
la arena donde te tiendes,
la marcha de tu reló
y el tierno cuerpo rosado
que te encuentras en tu espejo
cada día al despertar,
y es el tuyo. Los prodigios
que están descifrados ya.
Y nunca te equivocaste,
más que una vez, una noche
que te encaprichó una sombra
-la única que te ha gustado-.
Una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar.
Y era yo.
(.......)
Pedro Salinas ("La voz a ti debida", fragmento).-
jueves, 9 de octubre de 2014
STÉPHANE MALLARMÉ
Nació el 18 de marzo de 1842 en París (Francia).
Cursó estudios de bachillerato en Sens. Trabajó como maestro de escuela en París. Se convirtió en uno de los más célebres representantes del simbolismo junto con Paul Verlaine. Sus primeros escritos, publicados en periódicos de la época, registran una clara influencia de Charles Baudelaire.
Su poesía y su prosa se caracterizan por su musicalidad y la experimentación gramatical. Como poemas destacados aparecen La siesta de un fauno (1876), que inspiró el preludio homónimo del compositor francés Claude Debussy, y Herodías (1869). Otras de sus obras importantes son la antología Verso y prosa (1893) y el volumen de ensayos en prosa Divagaciones (1897).
Destacó también por su conversación, en la que se mostraba tan lúcido como oscuro en sus escritos. Una tirada de dados nunca abolirá el azar (1897), es un largo poema de versos libres y tipografía revolucionaria. Tuvo mucha influencia en corrientes literarias como el dadaismo o futurismo. Fue autor también de artículos sobre moda femenina.
Stéphane Mallarmé falleció en Valvins el 9 de septiembre de 1898.
APARICIÓN
La luna se velaba. Serafines llorosos
con el arco en los dedos, adolorida el alma,
pensaban en la calma
de las dormidas flores de tallos vaporosos.
Y heridas por sus manos las moribundas violas
rompían en sollozos de un albor invisible
que rozaban, rozaban el azul apacible
de las tibias corolas.
¡Era el día bendito de tu beso primero!.
La febril fantasía que las almas consume,
por herirme, a sabiendas se embriagó del perfume
de tristeza que lanza
la cosecha de un sueño sobre el ser que lo alcanza.
Mientras miraba al suelo con mirar abstraído,
en la calle, en la tarde, te me has aparecido
como un hada riente
como el hada risueña de mis tiempos mejores,
como el hada riente que de blancos fulgores
coronada la frente, pasaba ante mis ojos,
pasaba ante mis ojos turbados dulcemente,
dejando que sus manos regasen mal cerradas,
nevados ramilletes de estrellas perfumadas.
Stéphane Mallarmé ("Antología").-
miércoles, 8 de octubre de 2014
CIEN AÑOS DE SOLEDAD
"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y caña-brava construidas a la orilla de un río de agua diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo".
Gabriel García Márquez ("Cien años de soledad").-
Así comienza una de las, bajo mi humilde opinión, mejores novelas escritas de todos los tiempos. Hay muchas que serían dignas de ser mencionadas, pero por ésta siento una devoción especial. Me trae recuerdos de cuando lo leí (o lo intenté) siendo aún un niño y tuve que dejarlo porque me perdía en tanta "marabunta" de personajes e historias de una familia durante cien años... Como ya he dicho, cuando sí pude leerlo y seguirle el hilo, me encantó. Ya lo he releído unas cuantas veces...
El gran Gabriel García Márquez nos deja un legado maravilloso de historias increíbles siempre con un nexo en común o un mensaje camuflado: todos, absolutamente todos, perduraremos, de una forma u otra, a través de los tiempos.
Os animo que si no habéis leído esta novela, os pongáis a catarla. Seguro que os dejará un regustillo agradable y dulce en el corazón y en la mente.
****************
martes, 7 de octubre de 2014
He dicho que el alma no es más que el cuerpo,
Y he dicho que el cuerpo no es más que el alma,
Y que nada, ni Dios, es más grande para uno que uno
mismo,
Y que quien camina el octavo de una milla sin amor
camina a su propio funeral, envuelto en su mortaja,
Y que tú o yo, sin un centavo en el bolsillo, podemos
comprar lo mejor de la tierra,
Y que mirar con un ojo o mostrar un guisante en su vaina
confunden la sabiduría de todos los tiempos,
Y que no hay oficio ni profesión en los que el joven que
los ejerce no pueda convertirse en un héroe,
Y que no hay cosa tan frágil que no pueda servir de eje
para las ruedas del universo,
Y que cualquier hombre o mujer permanecerá sereno y
arrogante ante millones de universos.
Y digo a la humanidad: No seas curiosa respecto a Dios.
Porque yo que soy curioso en lo que concierne a cada
uno no soy curioso en lo que concierne a Dios,
No hay palabras para expresar hasta qué punto estoy en
paz con Dios y con la muerte.
Escucho y veo a Dios en cada objeto y sin embargo no
entiendo a Dios en lo más mínimo,
No entiendo que pueda existir alguien más admirable
que yo mismo.
¿Por qué habría de desear ver a Dios mejor que en este día?
Veo algo de Dios en cada hora de las veinticuatro y en
cada segundo también,
En los rostros de hombres y mujeres veo a Dios y en mi
propio rostro en el espejo;
Encuentro cartas de Dios dejadas caer en la calle y todas
ellas están firmadas con el nombre de Dios,
Y las dejo donde están porque sé que otras jamás dejarán
de llegar puntualmente.
Walt Whitman ("Hojas de hierba"- 48).-
lunes, 6 de octubre de 2014
ESPERA
Esperaba
esperaba
y todavía
y siempre
esperando,
esperando
con todas las arterias,
con el sacro,
el cansancio,
la esperanza,
la médula;
distendido,
exaltado,
apurando la espera,
por vocación,
por vicio,
sin desmayo,
ni tregua.
¿Para qué extenuarme en alumbrar recuerdos
que son pura ceniza?
Por muy lejos que mire:
la espera ya es conmigo,
y yo estoy con la espera...
escuchando sus ecos,
asomado al paisaje de sus falsas ventanas,
descendiendo sus huecas escaleras de herrumbre,
ante sus chimeneas,
sus muros desolados,
sus rítmicas goteras,
esperando,
esperando,
entregado a esa espera
interminable,
absurda,
voraz,
desesperada.
Sólo yo...
¡Sí!
Yo sólo
sé hasta dónde he esperado,
qué ráfagas de espera arrasaron mis nervios;
con qué ardor,
y qué fiebre
esperé
esperaba,
cada vez con más ansias
de esperar y de espera.
¡Ah! el hartazgo y el hambre de seguir esperando,
de no apartar un gesto de esa espera insaciable,
de vivirla en mis venas,
y respirar en ella la realidad,
el sueño,
el olvido,
el recuerdo;
sin importarme nada,
no saber qué esperaba:
¡siempre haberlo ignorado!;
cada vez más resuelto a prolongar la espera,
y a esperar,
y esperar,
y seguir esperando
con tal de no acercarme
a la aridez inerte,
a la desesperanza
de no esperar ya nada;
de no poder, siquiera,
continuar esperando.
esperaba
y todavía
y siempre
esperando,
esperando
con todas las arterias,
con el sacro,
el cansancio,
la esperanza,
la médula;
distendido,
exaltado,
apurando la espera,
por vocación,
por vicio,
sin desmayo,
ni tregua.
¿Para qué extenuarme en alumbrar recuerdos
que son pura ceniza?
Por muy lejos que mire:
la espera ya es conmigo,
y yo estoy con la espera...
escuchando sus ecos,
asomado al paisaje de sus falsas ventanas,
descendiendo sus huecas escaleras de herrumbre,
ante sus chimeneas,
sus muros desolados,
sus rítmicas goteras,
esperando,
esperando,
entregado a esa espera
interminable,
absurda,
voraz,
desesperada.
Sólo yo...
¡Sí!
Yo sólo
sé hasta dónde he esperado,
qué ráfagas de espera arrasaron mis nervios;
con qué ardor,
y qué fiebre
esperé
esperaba,
cada vez con más ansias
de esperar y de espera.
¡Ah! el hartazgo y el hambre de seguir esperando,
de no apartar un gesto de esa espera insaciable,
de vivirla en mis venas,
y respirar en ella la realidad,
el sueño,
el olvido,
el recuerdo;
sin importarme nada,
no saber qué esperaba:
¡siempre haberlo ignorado!;
cada vez más resuelto a prolongar la espera,
y a esperar,
y esperar,
y seguir esperando
con tal de no acercarme
a la aridez inerte,
a la desesperanza
de no esperar ya nada;
de no poder, siquiera,
continuar esperando.
Oliverio Girondo
domingo, 5 de octubre de 2014
ALABANZA DEL ÁRBOL
Imposible sin ti la primavera
los verdes paraísos terrenales.
Solicitud y celo maternales
requiere tu carrera.
Tu producto y tu sombra remunera
el trabajo del cuido:
alta compensación, defensa umbría,
abogado fornido
del frescor en lo estivo empedernido.
Corpulencia de Dios, sobre alegría,
ocupas de verdor la geografía,
robusteces el viento,
y a su corriente muda
imprimes voz, acento,
palabras de los cielos.
Naces con voluntad, no con ayuda:
vienes de Dios y a Él surten tus anhelos.
La soledad tu vegetal criatura
acompaña y procura;
entibia el sol, depura el cielo ambiente,
hace habitable la temperatura
de maneras peores;
en la copa la luz más reluciente,
en lo interior más dulces sus ardores.
Debajo de tu amparo creosotado,
las batallas son paces,
el trabajo sosiego sosegado.
Agrupas a los hombres y los haces
hermanos en tu umbría.
La rotación del fruto, la alegría
del pájaro fomentas
y el bienestar y la salud de paso.
Si el aire tú no aventas,
si no estás tú en el aire de consumo,
sin movimiento alguno
se queda el aire, raso.
Tienes fisonomía y sentimiento;
el sol te da tristeza
y las aguas contento.
¡Cúmulo de riqueza!.
En ti se asiste el agigantamiento
del tiempo y del paisaje.
Le diré al que te impide y te vulnera
¿qué maldición?, ¿qué ultraje?.
La inquisición obrera
está quemando, mártir de madera,
lo hermoso de tu vida;
¡qué imposibilidad ya de los abriles!.
Te maltratan los viles
y tú, Dios, los perfumas.
¿Dónde pondrán su vuelo y su manida
las brisas y las plumas?.
¡Pobre júbilo umbrío!.
Quid de los huertos y los panoramas;
te perniquiebra el hacha con su frío,
con su calor las llamas.
Bautistas ya las ramas,
ya es poda los espacios forestales,
las savias manantiales,
por las frescas matrices
que abren ira y acero en la corteza,
interrumpen la acción de los frutales
y la circulación de las raíces.
El árbol está hecho
para ocupar el mundo de provecho,
como el viento la rama de cantares.
Un bosque nos revela e incorpora,
¡oh soledad sonora!
la majestad de Dios y de los mares.
Hermano y campesino,
hay que extender la encina,
que propagar el pino,
fresco en el campo, ardiente en la cocina.
Vuelve a la educación del arbolado,
a la repoblación de la campaña.
¡Pódame un miembro a mí, pero no al prado!.
Espúlgale alternado
el racimo y el piojo.
Cauteriza y restaña
con barro sus heridas del gorgojo.
En nombre de los bosques, yo maldigo
a quien toma venganza, árbol, contigo.
Miguel Hernández ("Antología Poética").-
miércoles, 1 de octubre de 2014
CONFERENCIA "500 AÑOS DE HISTORIA DE LA GUARDIA REAL EN ESPAÑA", MOTRIL- 26-09-2014.-
Bueno, ¡ya estamos de nuevo aquí!. 5ª Temporada del Aula de Pensamiento Francisco Javier de Burgos.
El pasado viernes 26-09-2014, en el Salón de Actos del Colegio de los Agustinos en Motril (Granada), se celebró la primera conferencia de esta temporada que llevaba por título "LA GUARDIA REAL: 500 AÑOS DE HISTORIA EN ESPAÑA", a cargo de Manuel Domínguez, profesor y experto en protocolo, entre otras muchas ocupaciones.
Fue presentado por la integrante del Aula de Pensamiento Tania López, ex-alumna suya y gran amiga del ponente. Palabras emotivas fueron las dedicadas a su profesor y mentor, evocando recuerdos y anécdotas muy divertidas.
Un nutrido grupo de público se deleitó con las habilidades oratorias de este hombre sencillo y honesto, durante la hora y media que duró la conferencia y que les supo a poco.
Manuel Domínguez se mostró sorprendido de que hubiera tanta gente joven interesada en el tema y que hubiesen prestado una atención increíble.
Gerardo Martín, Presidente del Aula de Pensamiento, desveló la dinámica de lo que va a ser esta 5ª temporada, así como novedades y otras sorpresas.
Gracias al ponente, a todos los asistentes al acto y a mis compañeros del Aula de Pensamiento que, como siempre, se han volcado de un modo admirable para que todo saliese a la perfección.
Nos vemos dentro de muy, muy poco. Mientras tanto, os dejo algunas fotos del acto.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)