DISPERSIONES

martes, 7 de octubre de 2014
He dicho que el alma no es más que el cuerpo,
Y he dicho que el cuerpo no es más que el alma,
Y que nada, ni Dios, es más grande para uno que uno
mismo,
Y que quien camina el octavo de una milla sin amor
camina a su propio funeral, envuelto en su mortaja,
Y que tú o yo, sin un centavo en el bolsillo, podemos
comprar lo mejor de la tierra,
Y que mirar con un ojo o mostrar un guisante en su vaina
confunden la sabiduría de todos los tiempos,
Y que no hay oficio ni profesión en los que el joven que
los ejerce no pueda convertirse en un héroe,
Y que no hay cosa tan frágil que no pueda servir de eje
para las ruedas del universo,
Y que cualquier hombre o mujer permanecerá sereno y
arrogante ante millones de universos.
Y digo a la humanidad: No seas curiosa respecto a Dios.
Porque yo que soy curioso en lo que concierne a cada
uno no soy curioso en lo que concierne a Dios,
No hay palabras para expresar hasta qué punto estoy en
paz con Dios y con la muerte.
Escucho y veo a Dios en cada objeto y sin embargo no
entiendo a Dios en lo más mínimo,
No entiendo que pueda existir alguien más admirable
que yo mismo.
¿Por qué habría de desear ver a Dios mejor que en este día?
Veo algo de Dios en cada hora de las veinticuatro y en
cada segundo también,
En los rostros de hombres y mujeres veo a Dios y en mi
propio rostro en el espejo;
Encuentro cartas de Dios dejadas caer en la calle y todas
ellas están firmadas con el nombre de Dios,
Y las dejo donde están porque sé que otras jamás dejarán
de llegar puntualmente.
Walt Whitman ("Hojas de hierba"- 48).-
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