DISPERSIONES

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miércoles, 15 de febrero de 2017

JOSÉ LUIS GARCÍA HERRERA










      José Luis García Herrera nace en Esplugues de Llobregat (Barcelona) el año 1964. Es poeta, narrador, rapsoda, crítico literario y técnico químico-alimentario. Fue director de la revista El juglar y la luna, directivo de la Academia Iberoamericana de Poesía en Barcelona y miembro fundador de los premios literarios Ciutat de Sant Andreu de la Barca.

      Ha publicado los libros Lágrimas de rojo niebla (1990, Premi Vila de Martorell 1989), Memoria del olvido (1992), Los nuevos poetas (1994), Código privado (1996), La ciudad del agua (Premio Elvira Castañón 1997), Los caballos de la mar no tienen alas (2000, Premio Villa de Benasque 1999), Spelugges (2002), El guardián de los espejos (2004, accésit Premio Víctor Jara 2003), Las huellas del viento (2005, Premio María del Villar 2004), Mar de Praga (2005, Premio Blas de Otero 2004), La huella escrita (2007, Premio Mariano Roldán 2006), Las huellas en el laberinto (2007, Premio Ciutat de Benicarló 2006), El recinto del fuego (2008, Premio Ateneo Guipuzcoano 2007), Cuaderno de Britania (2010, Premio Juan Alcaide 2010) y La solicitud (2012, Premi Festa d'Elx 2011).

      Ha sido incluido en las siguientes antologías: Geografías habitadas (25 poetas, 25 paisajes). Viento: sombra de voces, Árbol de bendición, Tejedores de palabras, 10 de Barcelona y Charnegos/Xamegos, y ha visto sus poemas publicados en numerosas revistas españolas, así como en revistas de Italia, Portugal, Cuba y México. En narrativa ha sido finalista de los premios Villa de Torrecampo y Tierra de Monegros. Ha sido traducido al catalán, italiano, francés, portugués y checo.




EL FRÍO DE LA NOCHE



El frío de la noche ha cerrado las calles.
Observo las bocas negras de las chimeneas y el humo
reptando por las copas de los árboles.
Es otoño, pero parece invierno. Lejos de aquí
mi madre cose el silencio de la casa
que han abierto sus hijos con la ausencia.
Todos ellos -nosotros- desperdigados
como hojas secas caídas en otoño.
El frío de la noche borra las huellas de las manos.
Todo enmudece. Todo adquiere el color blanco
que anuncia el mar de la nostalgia
y la negrura espesa que precede al silencio.
Lejos, muy lejos, mi padre lee en unas cuartillas
las palabras que no sé decirle por teléfono.
El frío de la noche ha cerrado las puertas.



JOSÉ LUIS GARCÍA HERRERA ("Hielo").-

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