DISPERSIONES

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domingo, 10 de abril de 2016

LA POESÍA DE JUAN DE ARIZA





Clavado está; su tronco es un madero,
su sangre brota de profunda herida,
sangre de expiación, sangre de vida,
que viene a redimir el mundo entero.
Sus ojos con amor, manso cordero,
dirige hacia su madre dolorida,
y la misión de redentor cumplida
consagra al pecador el ¡ay! postrero.
Todo acabó; se enluta el horizonte,
el ronco trueno con horror retumba,
triste lamento de un dolor profundo:
Quebrántanse las rocas, gime el monte,
abre sus senos la marmórea tumba,
y en ambos polos se estremece el mundo.



JUAN DE ARIZA ("Soneto", El Defensor del Bello Sexo), poema extraído del libro "Poesías Líricas y otros poemas de Juan de Ariza", de Francisco Ayudarte Granados.-

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