DISPERSIONES

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lunes, 11 de abril de 2016

LA POESÍA DE JUAN DE ARIZA







MEDITACIÓN



Yo te saludo, religión sagrada,
en que al mundo nací:
fuera de ti no hay en la tierra nada;
todo se encuentra en ti.

Pasan cual humo la ambición, la gloria,
el fausto y el poder,
y apenas se conserva la memoria
de lo que brilló ayer.

Pasan las halagüeñas ilusiones
de ardiente juventud,
y apagado el hervor de las pasiones
las guarda el ataúd.

Todo es engaño, decepción, mentira,
todo falso oropel;
tósigo en el ambiente se respira,
se bebe amarga hiel.

Tú, religión, purísimo consuelo
a nuestras penas das:
bálsamo de salud, bajas del cielo
y hasta las almas vas.

En alas de querubes el espacio
recorres por doquier,
y en choza humilde y en feudal palacio
se siente tu poder.

A tu contacto de mortal herida
se disipa el dolor,
y a los tristes prometes una vida
de dulzura y amor.

Nada importan las guerras y amarguras
que en este valle ve
a quien el galardón en las alturas
ofreces con la fe.

No aflige del destino la mudanza,
ni su vario matiz,
a quien ánimo presta la esperanza
de una muerte feliz.

Y nunca al desaliento se abandona
por mundana maldad
quien busca del martirio la corona
con viva caridad.

Sagrada religión de mis mayores,
a mi socorro ven,
y pon de Jericó las santas flores
sobre mi mustia sien.

Rompe el prisma falaz de la mentira
que ofusca mi razón,
y dame en vez de la mundana lira
el arpa de Sion.

Entonces digno elevaré mi canto
con sobrehumana luz,
será mi lema el Evangelio santo
y adoraré la Cruz.



Juan de Ariza ("Poesías. Habana, abril 08 de 1857"), poema extraído del libro "Poesías Líricas y otros poemas de Juan de Ariza", de Francisco Ayudarte Granados.-


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