DISPERSIONES

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sábado, 9 de abril de 2016

LA POESÍA DE JUAN DE ARIZA






JUAN DE ARIZA PALOMAR


Nacimiento 11 de diciembre de 1816 (Motril, España)

Fallecimiento 20 de julio de 1876 (La Habana, Cuba)

Nacionalidad Española

Ocupación Escritor




BIOGRAFIA



Fue hijo de familia noble y acomodada. A los cuatro años de edad murió su padre y quedó so la tutela de su tío Juan Fernando de Ariza, Vicario de Distrito, que se
encargó de su educación; sus primeros poemas están dedicados a sus amigos. A los treinta y siete años trabajó en el Teatro Liceo de Motril y tres años más tarde fue a
Madrid, hacia 1843, donde escribió en distintos periódicos y revistas. En 1843 aparece su primera obra conocida, A la heroica Granada. Cantos, editada en Granada;
debía estar allí, porque ese año apareció una crítica teatral suya en la revista La Alhambra sobre la comedia Un novio a pedir de boca de Manuel Bretón de los Herreros
estrenada allí. Poco después está en Madrid y a partir de 1845 se da a conocer con sus primeras novelas históricas y cuentos inspirados en tradiciones populares. Una de
sus novelas, Un viaje al infierno, es una sátira del Madrid de entonces y sus personajes, de nombre anagramático, pueden identificarse perfectamente. La más
importante de sus novelas históricas fue El Dos de Mayo (1846), precedente directo de los Episodios nacionales de Galdós. En Madrid amistó con Ventura de la Vega
y Juan Martínez Villergas. Evolucionó hacia posturas conservadoras. De 1848 a 1854 se suceden sus años más fecundos: da a luz más de veinte obras literarias y
colabora con Rubí y Ventura de la Vega en la comedia Un clavo saca otro clavo, de 1850. Ese mismo año estrena su tragedia Remismunda sobre la mujer de Ataúlfo,
acaso la mejor de sus piezas teatrales y donde se mezclan clasicismo y romanticismo. En 1853 estrena cuatro obras en Madrid, entre ellas la zarzuela La flor del valle
con música de Luis Arche. Sus últimas obras teatrales se representan en 1854, año en que fue nombrado Director General de Ultramar. En 1856 llegó a la isla de Cuba
como alto funcionario del Estado. Allí desempeñó los cargos de Secretario y Ministro del Tribunal de Cuentas y ocupó también la Vicepresidencia del Casino Español
de la Habana, presidente honorario del mismo y "Voluntario" de la Compañía de Guías. En 1867 fue nombrado Director del Diario de la Marina en La Habana, cargo
que ocupará hasta su muerte, es decir, durante nueve años. Presenció el estallido de la primera de las guerras de Cuba, la llamada Guerra de los diez años (18681878)
;
defendió apasionadamente los intereses de la España colonial. Murió en La Habana el 20 de julio de 1876.
Escribió sobre todo entre 1843 y 1854; su producción se limita a siete novelas, quince obras dramáticas y cinco cuentos infantiles, aparte de numerosas poesías y
artículos periodísticos. Es importante como uno de los primeros folcloristas españoles, pues compiló relatos tradicionales en Cuentos de vieja, que puede considerarse
la primera colección española de cuentos folclóricos. Conoció al actor Julián Romea y a los autores Tomás Rodríguez Rubí y Ventura de la Vega, con los cuales
colaboró en alguna ocasión; también escribió alta comedia. Escribió sobre todo dramas históricos y novelas históricas, aunque también cultivó la poesía narrativa. Sus
Obras líricas y dramáticas fueron editadas en México por Boix y compañía en 1851. Su producción periodística está aún por estudiar.




LA AMAPOLA


Flor que despreciada y triste
vives en el verde prado,
meciendo las leves hojas
sobre tu flexible tallo:
flor que desdeña el jardín
y eres gala de los campos,
con tu silvestre belleza,
que sin adornos livianos
por puros, quizás, el hombre
menosprecia tus encantos.
Ya escondida entre las nieves,
cual perla en ancho océano,
aumentas con el misterio
tu atractivo siempre mágico:
y ya apareciendo hermosa,
como en noche oscura un astro,
te saluda tiernamente
algún amante olvidado;
que tú lejana del mundo,
como él del amor lejano,
disminuyes sus congojas
a las tuyas comparando.
Flor de negros tornasoles
sobre tu purpúreo manto,
imagen de vida y muerte
eres con matices varios;
y recuerdas que en la vida
como en el mar fluctuando,
está el escollo de penas
junto al puerto de descanso.
Flor, con tus hojas sutiles
y con tu vivir precario,
semejas una existencia
que va rápida pasando,
de pasiones carcomida
sin que la opriman los años.
Tú mueres apenas naces
a impulso de ajena mano:
te deshoja el aguacero,
rompe el huracán airado
tus renuevos, y el pie troncha
de algún segador tus tallos.
Ya en los haces de las trojes,
ya entre yerbas el muchacho
te confunde, y despareces
solamente por acaso;
como una bella esperanza
que en sueños acariciamos,
y disminuye una duda
o destruye un desengaño.
Flor vilmente despreciada,
yo por mi amiga te aclamo,
pues los hombres el dolor
sobre mi frente sellaron.
Compadecerás mis penas
en tu abandono, pensando
que solo buenos amigos
saben ser los desgraciados.
Te abrigaré en el invierno;
y tendrás en el verano,
como brisa, mis suspiros,
y como riego, mi llanto.


(Motril.- Remitido) Juan de Ariza.-  Poema extraído del libro "Poesías Líricas y otros poemas de Juan de Ariza", de Francisco Ayudarte Granados.-

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