DISPERSIONES

jueves, 5 de diciembre de 2013
Las verdades dichas a hurtadillas son como
anzuelos sin su plomada,
como algo de sueño que quiere ser realmente,
como algo de sol
ya he ganado la cumbre y he llorado:
sentía
como alguna lánguida pluma que andara dibujando
una vasta imagen hasta dar todo de sí,
como algo de sol...
y son ambiguas: murieron todas: no las reconozco,
me han inventado, lo reconozco.
Y ayer,
volvíamos sobre nuestros pasos, ¿verdad?, ¡sobre nuestros pasos!
y moríamos sobre la silla
y mueren las congojas y renunciamos quizás a todo
como un preso sin lápiz y sin papel
higiénico,
y "ya no respiras, Juanjo",
y es tan oscuro el pasillo que se ha convertido en vino,
se ha convertido en no decir jamás el mismo verso,
se ha convertido en verdad a medias sin infancia
que yo reúno para ti toda, rezando unas cuantas
flores,
rezando y volviéndome de aire
para ribetear tu axila, para ribetear y escapar
porque tú hoy me has cogido de la mano, Ana,
y me bebías con la boca pequeña,
y cuando me derramaba me juntabas con el dedo;
cuando venía el Viernes después de las clases
-nunca fue tan salvaje y dulce un viernes-,
tú te dibujabas en el ombligo una sonrisa
y decías: tengo de tiempo hasta las diez,
no se si me llegará para abarcarte,
y el tiempo se iba quemando entre palomitas
y la fresca penumbra de aquel cine de tu barrio,
amparándose en esta ciénaga de algodón donde me hundo,
y de improviso, amablemente,
y porque todo ocurre de esta manera, adorándote.
.........../////...........
Del poemario "La mirada fingida", de Juanjo Cuenca.-
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario