Quisiera ternerte
paseando ingenua entre solsticios
de verano,
como colibrí enjuto
de pluma cegadora:
mordaz (no me parece
propio, tu vuelo), ecuánime
entre matojos livianos.
Quiero tenerte
pausada,
gimiendo mil cadenas
de hierro vapuleado;
quiero asombrarme,
después,
con tu canto apolíneo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario