DISPERSIONES

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lunes, 2 de enero de 2017

CICLO POESÍA MODERNISTA









FRANZ TAMAYO



BALADA DE CLARIBEL



En la desolada tarde,
      Claribel,
al clarol de un sol que no arde,
      Claribel,
me vuelve el amante alarde,
      Claribel,
aunque todo dice: "Es tarde,
      Claribel".
Lleva en sus alas el viento,
      Claribel,
tu nombre como un lamento,
      Claribel,
y en vano mis ansias siento
volar tras aquel concento,
      Claribel.
Voz con que pía la ausencia,
      Claribel,
saudade, canora esencia,
      Claribel.
¡Añoranza, transparencia
que la ausencia hace presencia,
      Claribel!
Mar profundo y albo monte,
      Claribel,
¿es posible que tramonte
      Claribel
tras el húmedo horizonte,
y que las nieves remonte
      Claribel?
El tiempo es por siempre ido,
      Claribel,
y eres quizá todo olvido,
      Claribel;
¡Mas yo, iluso descreído,
aún pienso que me has querido,
      Claribel!
El pan amargo en que muerdo,
      Claribel,
hecho está de tu recuerdo,
      Claribel.
Y el pasado nada acuerdo:
es un sueño en que me pierdo,
      Claribel.
¡Oh mañana azul y rosa,
      Claribel,
en que te vi mariposa,
      Claribel!
Reina y mujer, niña y diosa,
oro, nácar, nieve y rosa,
      Claribel.
Cantaba en el aire un ave:
      "Claribel",
suave cual la suave
      Claribel.
Y unía el plumado clave
dulce risa y lloro grave:
      ¡Claribel!
¡Una música escondida,
      Claribel,
eres por siempre en mi vida,
      Claribel!
Maná de mi eterna herida,
leche rosa y luz florida,
      Claribel.
Vierte mi labio un perfume:
      Claribel,
musgo y clavel que resume
      Claribel.
¡Mirra que eterna sahume,
óleo que no se consume,
      Claribel!
De un nigromante el compás,
      Claribel,
trazó en mi alma: "Nunca más
      Claribel".
¡Y así a mis ojos jamás
como el alba volverás,
      Claribel!



FRANZ TAMAYO (1880-1956).-

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