RAFAEL ARÉVALO MARTÍNEZ
SENSACIÓN DE UN DOLOR
¡Oh de los rostros sabios que he llevado a mis labios
como vinos traidores!
Las mujeres sencillas que senté en mis rodillas como
ramos de flores.
Y sobre todo una de cabellera bruna, que parecía flor,
y que dejó en mi vida la vaga, la diluida sensación de
un dolor.
Sus ojos de diamante tenían la inquietante mirada
del no ser,
y me dio la más fuerte sensación de la muerte que me
dio una mujer
y la más encendida sensación de la vida que he podido
tener.
RAFAEL ARÉVALO MARTÍNEZ (1884-1922).-
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