DISPERSIONES

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martes, 7 de junio de 2016

PETRARCA







Esta mansa fiera, corazón de tigre o de osa,
que con aspecto humano y forma de ángel viene,
en risa y en llanto, entre miedo y esperanza
me envuelve de tal modo que todo estado mío hace dudoso.
Si en breve no me acoge y no me libra,
sino aún, como suele, entre ambos estados me tiene,
pero el dulce veneno que siento por las venas
ir al corazón, Amor, mi vida está concluida.
No puede más mi fuerza frágil y fatigada
tantos cambios sufrir ya;
que en un mismo punto arde, se hiela, enrojece y palidece.
Huyendo espera poner fin a sus dolores,
como quien de hora en hora se va agotando;
que nada puede quien no puede morir.


PETRARCA ("Los sonetos del cancionero").-

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