TRAVESÍA
Te diré una sonrisa abultada
para que sea compañera en tu viaje,
para que abra destinos inciertos
de mansedumbre y plástico
o agonice perseverante sobre una capa de polvo.
Te prestaré una oración incrédula
donde saciar el instinto y
donde ya solo quedan palabras amargas
que se desdicen en una gota de agua.
Volaré contigo y después volveré y volaré
otras vez a tu lado: no hay cielo infinito
cuando el alma se deshace en pequeños
pliegues de remordimiento y añoranza.
Volaré.
Sentado sobre la quilla esperaré tu regreso.
Juanjo Cuenca ("Hijos de nadie").-
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