Un día de lluvia, una estación de tren, un banco en el metro, pero también una playa vacía y un día de sol. Allí he leído las palabras que fluyen como un río de Pablo Neruda, me he rendido ante Salinas, Cernuda y Guillén; me he emborrachado con Verlaine y Rimbaud, sin olvidar a Withman y Dickinson. No he abandonado nunca el castellano pleno de José Hierro, de Gil de Biedma, de Carlos Edmundo de Ory, de Claudio Rodríguez, de José Ángel Valente. Y sigo pensando que Leonard Cohen es un poeta que se ha atrevido a cantar. Confieso que a mí también me hubiera gustado cantar palabras.
Licenciada en Ciencias de la Información en la rama de Periodismo he trabajado en TVE, y en las revistas Dunia, Arena Internacional del Arte y Diseño Interior. En estas dos últimas he podido asistir a su nacimiento. Todo lo dejé en 1992 para emprender una nueva aventura en Italia. En 2011 presenté mi tesis doctoral en Lingüística Aplicada a la Enseñanza del Español y actualmente trabajo como profesora en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Trento.
La poesía me ha acompañado desde mi juventud en las tertulias literarias dirigidas por el poeta Joaquín Fernández, quien me permitió conocer a José Hierro, Francisca Aguirre y Félix Grande. Mi atracción por la poesía y la literatura me llevó a entrevistar como periodista a Miguel Delibes, Gonzalo Torrente Ballester o Agustín García Calvo a cuyas clases de latín acudía como oyente. Frecuenté las tertulias del Café Manuela de Malasaña y de todo ello guardo un recuerdo vivo ahora que me expreso día a día en una lengua que no es la mía.
Licenciada en Ciencias de la Información en la rama de Periodismo he trabajado en TVE, y en las revistas Dunia, Arena Internacional del Arte y Diseño Interior. En estas dos últimas he podido asistir a su nacimiento. Todo lo dejé en 1992 para emprender una nueva aventura en Italia. En 2011 presenté mi tesis doctoral en Lingüística Aplicada a la Enseñanza del Español y actualmente trabajo como profesora en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Trento.
La poesía me ha acompañado desde mi juventud en las tertulias literarias dirigidas por el poeta Joaquín Fernández, quien me permitió conocer a José Hierro, Francisca Aguirre y Félix Grande. Mi atracción por la poesía y la literatura me llevó a entrevistar como periodista a Miguel Delibes, Gonzalo Torrente Ballester o Agustín García Calvo a cuyas clases de latín acudía como oyente. Frecuenté las tertulias del Café Manuela de Malasaña y de todo ello guardo un recuerdo vivo ahora que me expreso día a día en una lengua que no es la mía.
ÁFRICA
Era una noche de niños silenciosos,
bocas sin leche que sólo callan
cuando las enmudece el miedo
urgente de convertirse en presas.
Había animales leyendo el terror,
husmeando la sal de labios sin voz
y las lágrimas resecas
de ojos insomnes.
Soñaban las madres orfanatos infinitos,
moscas indiferentes sobre la piel
oscura de sus hijos.
El silencio era un sólido salvaje
con greñas doradas de león
que se escuchaba complacido.
Había cuerpos jóvenes saqueados por el miedo
con labios cosidos y orejas de liebre
que habían olvidado el temblor
Atardecía con infinita suavidad
y aquella no podía ser la última noche
para nadie.
El deber de la supervivencia cubría uniforme los cuerpos
con su olor.
bocas sin leche que sólo callan
cuando las enmudece el miedo
urgente de convertirse en presas.
Había animales leyendo el terror,
husmeando la sal de labios sin voz
y las lágrimas resecas
de ojos insomnes.
Soñaban las madres orfanatos infinitos,
moscas indiferentes sobre la piel
oscura de sus hijos.
El silencio era un sólido salvaje
con greñas doradas de león
que se escuchaba complacido.
Había cuerpos jóvenes saqueados por el miedo
con labios cosidos y orejas de liebre
que habían olvidado el temblor
Atardecía con infinita suavidad
y aquella no podía ser la última noche
para nadie.
El deber de la supervivencia cubría uniforme los cuerpos
con su olor.
Pilar Pastor.-
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