(París, 1970)
Con pocos años vino a Madrid, donde ahora reside. Es licenciada en Filología Hispánica por la UNED. También ha realizado estudios de Geografía e Historia en la UAM y de Periodismo en la UCM. En la actualidad, desarrolla su doctorado en Lingüística. Es profesora de Lengua Castellana y Literatura en Enseñanza Secundaria.
Ha colaborado en varias revistas como «Pluma y tintero» o «Fragmenta». Sus poemas se han publicado en diversas antologías, entre ellas, Aldea poética III. Haiku ( 2005), Aldea poética IV. Sxo (2009) y Aldea poética V. Poesía infantil (2010) de la editorial Ópera Prima. Con esta misma editorial, publicó en el año 2010 su poemario Luna de agua y peces.
Con pocos años vino a Madrid, donde ahora reside. Es licenciada en Filología Hispánica por la UNED. También ha realizado estudios de Geografía e Historia en la UAM y de Periodismo en la UCM. En la actualidad, desarrolla su doctorado en Lingüística. Es profesora de Lengua Castellana y Literatura en Enseñanza Secundaria.
Ha colaborado en varias revistas como «Pluma y tintero» o «Fragmenta». Sus poemas se han publicado en diversas antologías, entre ellas, Aldea poética III. Haiku ( 2005), Aldea poética IV. Sxo (2009) y Aldea poética V. Poesía infantil (2010) de la editorial Ópera Prima. Con esta misma editorial, publicó en el año 2010 su poemario Luna de agua y peces.
CAMINANDO IMÁGENES
Una breve danza de gorrión guía los pasos
en las delgadas calles, las hambrientas plazas de verde. Madrid alzada regia sobre la muralla árabe que juega en diagonal a las cuatro esquinas, paredes sin techo al pie de la Santa nueva Gloria. Sobre la tumba del alcázar mira a Oriente un pequeño Versalles vestido todo en plumas de colores. Fantasmas petrificados vigilan su grandeza. Desafiante a la caída un caballo con sangre de oliva y equilibrio italiano. El azul intenso del cielo se refleja en violines y arquivoltas ascendiendo suelos y correderas donde sonaron oros y cuchillos. Sobre las voces de las mujeres la piedra y el hierro luchan bajo la espada del arcángel. Entre el plástico observa frío el ojo de un pez. Cafés, bares y tabernas, pilares de una plaza que ya no arde. Un soberbio reloj marca la fiesta. Su mirada se proyecta mas parpadea ante los edificios. Delante, quizá detrás, la Gran Vía, partida en dos desde el corazón: de traje más pobre a lo largo del camino. En las aceras altas algunas mujeres esperan. No cesa la cacería a la puerta de los edificios.
Ana María Cuervo de los Santos ("Luna de agua y peces").-
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