El día de la Independencia
llega a tu hombro con cadencias
nostálgicas de lánguidos dedos
y mágicas semillas que recubren
tu dorso;
Despierta. Bebe. Aprieta.
Busca en el andamio de mi pierna
un oscuro ungüento para males
peores
de un desencanto que atisba en el mar
bocas de mandarina:
ojalá te arrepientas de cuando en cuando,
suspiro por consolarme.
Búscame a través de una pierna
que no me pertenece,
que camina por sí sola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario