DISPERSIONES

DISPERSIONES

viernes, 27 de enero de 2017

CICLO POESÍA MODERNISTA







RUBÉN MARTÍNEZ VILLENA



CANCIÓN DEL SAINETE PÓSTUMO



   Yo moriré prosaicamente, de cualquier cosa
(¿el estómago, el hígado, la garganta, ¡el pulmón!?)
y, como buen cadáver, descenderé a la fosa
envuelto en un sudario santo de compasión.
   Aunque la muerte es algo que diariamente pasa,
un muerto inspira siempre cierta curiosidad;
así, llena de extraños, abejeará mi casa,
y estudiará mi rostro toda la vecindad.
   Luego será el velorio; desconocida gente,
ante mis familiares, inertes de llorar,
con el recelo propio del que sabe que miente,
recitará las frases del pésame vulgar.
   Tal vez una beata, neblinosa de sueño,
mascullará el rosario, mirándose los pies,
y acaso los más viejos me fruncirán el ceño
al calcular su turno más próximo después... 
   Brotará la hilarante virtud del disparate,
o la ingeniosa frase, llena de perversión,
y las apetecidas tazas de chocolate
serán sabrosas pausas en la conversación.
   Los amigos de ahora -para entonces dispersos-,
reunidos junto al resto de lo que fue mi "yo",
comprobarán la escena que prevén estos versos
y dirán en voz baja: "¡Todo lo presintió!"
   Y ya en la madrugada, sobre la concurrencia
gravitará el concepto solemne del "jamás";
vendrá luego el consuelo de seguir la existencia,
y vendrá la mañana..., ¡pero tú no vendrás!...
   Allí donde vegete felizmente tu olvido,
-felicidad bien otra de la que pudo ser-,
bajo tres letras fúnebres, mi nombre y mi apellido,
dentro de un marco negro, te harán palidecer.
   Y te dirán: "¿Qué tienes?" Y tú me dirás que nada;
mas te irás a la alcoba para disimular,
me llorarás a solas, con la cara en la almohada,
¡y esa noche tu esposo no te podrá besar!


RUBÉN MARTÍNEZ VILLENA (1899-1934).-

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