POLIFEMO AMARILLO
Sin que sepa deciros el porqué,
prefería antes que a ningún otro
aquel pequeño tranvía amarillo
que hacía el trayecto Granada-Dúrcal.
Renqueante y cansino Polifemo
que trotaba hacia los campos y el trigo,
pespunteando una urdimbre de sueños
por entre el rojo de las amapolas
y el verde trémulo de un mar de espigas.
Contigo se fue mi dulce recuerdo
a la vieja estación de la memoria.
Allí, empolvado y fuera de línea,
permaneces con tu trole erguido
mirándome fijamente a los ojos,
cada vez que yo me paro a soñarte.
JESÚS CABEZAS JIMÉNEZ.-
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