DISPERSIONES

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jueves, 18 de febrero de 2016

CICLO POESÍA DE TERROR






A pesar de provenir de un universo de costumbres victorianas, Ernest Dowson siente y se expresa como un verdadero poeta del romanticismo. Su dolor pocas veces tiende a lo patético, y casi siempre logra expresar, con una magnífica delicadeza, sentimientos muy complicados de describir, como
por ejemplo la desesperanza. Aquellos de vosotros que disfrutais de los poemas del dolor, seguramente os sentiréis halagados con esta última invitación del poeta. Decir que sólo se trata de un poema sobre la muerte sería demasiado simplista, y acaso injusto. La verdadera intención del poeta parece ser más bien el cansancio, el agotamiento ante una desilusión permanente, implacable.
Francamente, nosotros también nos hacemos eco de estas intenciones. Es que ni siquiera los espejos somos ajenos a la desazón, que en nuestro caso proviene de la ausencia de nuestro reflejo más amado.



UNA ÚLTIMA PALABRA/A LAST WORD


Vayamos entonces: la noche está a nuestro alcance;
el día yace exhausto, todas las aves han volado;
y nosotros hemos cosechado la siembra de los dioses;
muerte y desesperación, honda oscuridad sobre la tierra
jóvenes como el búho, no podemos comprender
ni el llanto ni la risa, pues sólo conocemos la vanidad:
que ha impulsado nuestra perversa desolación.
Vayamos entonces: hacia un ignoto sitio, extraño y frío;
a las Tierras Vacías, donde los justos e injustos
encuentran su fin, donde descansan los viejos;
liberados del amor, del miedo y la lujuria.
Unamos las manos desgarradas, roguemos al suelo que rodee
nuestros corazones enfermos y los disuelva en polvo.




ERNEST CHRISTOPHER DOWSON (1867-1900).-




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