DISPERSIONES

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sábado, 20 de febrero de 2016

CICLO POESÍA DE TERROR







La poesía de Dylan Thomas es inclasificable. Algunos lo ubican como el último poeta maldito, y otros directamente lo ubican fuera de sus bibliotecas. Personalmente veo los poemas de Dylan Thomas como algo necesario, imprescindible. Claro que este rasgo fundamental no tiene que ver con efectos prácticos, sino con el placer. Leer a Dylan Thomas es asegurarse un buen rato.
El poema que hemos traducido es el primero que Thomas logró publicar con cierto reconocimiento, y que el tiempo ha convertido en un clásico de la literatura moderna. Una visión global, y por lo tanto imperfecta, nos habla de un poema extraño, con un vocabulario confuso y a veces incompresible. Una visión personal nos revela una declaración, un poema que trasciende las palabras que lo componen y que explota una idea (una filosofía) hasta las fronteras del lenguaje. Casi nunca soy determinante al recomendar un poema, pero en este caso, cualquier persona que no disfrute de estos versos me resulta sospechosa.





Y LA MUERTE NO TENDRÁ DOMINIO/AND DEATH SHALL HAVE NO DOMINION





Y la muerte no tendrá dominio.
Muerto es desnudo, todos serán uno
con el hombre en el viento y la luna occidental;
cuando sus huesos estén limpios
y limpios sus huesos se hayan ido,
tendrán estrellas en los codos y pies;
aunque vayan locos serán cuerdos,
aunque se hundan en el mar se elevarán,
aunque se pierdan los amantes el amor no,
y la muerte no tendrá dominio.
Y la muerte no tendrá dominio.
Bajo las vanas corrientes del océano
ellos yacen a lo largo sin morir en vano,
torciéndose cuando los nervios acechan,
atados a una rueda, ellos no se quebrarán;
la fe en sus manos nunca se romperá,
y el unicornio correrá entre los males;
separando todo jamás se desarmarán;
y la muerte no tendrá dominio.
Y la muerte no tendrá dominio.
Las gaviotas ya nunca clamarán en sus oídos,
ni las olas romperán sonoras sobre la costa;
cuando brote un capullo la flor no alzará
la cabeza a los golpes de la tormenta;
aunque sean dementes y muertos como clavos,
líderes de los martillados entre margaritas;
descansando al sol hasta que el sol descanse,
y la muerte no tendrá dominio.


DYLAN THOMAS (1914-1953).-

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