NEGACIÓN IMPOLUTA
No niego lo que soy.
Un ser extraño y extraviado dibujado
con trazos extraños y extraviados a carboncillo,
una pared que no sobrevivió al derrumbe
de las proezas de un mar de sangre.
No, no lo niego. Pero tampoco me detengo
a exprimir casualidades con olor a naftalina,
ni a navegar sobre el cristal de lo venidero.
Los malos momentos son ruiseñores desvaídos
y afónicos
que agonizan regalando una última nota.
Son uñas que arrastran la suciedad de una arena
blanquecina y absoluta, centinelas en esta época
de presagios y árboles caídos.
No niego lo que soy.
Mas bien me escondo tras la puerta incierta
de una cárcel de cartón y miedo, de galerías
donde dibujo a mi antojo pretensiones mudas;
donde las horas azules de un mar en calma
acompañan mis pasos en calles estrechas
y lejanas.
Perdóname, en cambio, si niego haberte amado.
Juanjo Cuenca ("Hijos de nadie").-
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