DISPERSIONES

sábado, 24 de enero de 2015
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
El pastor, lánguidamente,
con la cayada en los hombros
mira, cantando, los pinos
del horizonte brumoso;
y el rebaño soñoliento
levanta nubes de polvo,
y llora con sus esquilas,
bajo la luna de oro.
La aldea del valle está
quieta en humo blanco. Todo
lo que era alegre al sol, sueña
no sé qué amores llorosos.
Ya no se ve el río oscuro,
perdido en sí mismo. Solo,
en la ciega paz inmensa,
se siente que tiene fondo.
Flota el humo blanco. El valle
se queda más solo y lóbrego.
Las esquilas lloran más
bajo la luna de oro.
Juan Ramón Jiménez ("Arias Tristes", 1902-1903").-
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