¡Así días enteros en un largo e incierto
      sueño gimo! pero luego, cuando la oscura
      noche al cielo llama a los astros y a la luna
      y el frío viento se cubre de mudas sombras;

donde selvático es el llano y más desierto,
      entonces, vagando lento, una a una
      palpo las llagas que la mala suerte,
      Amor y el mundo han abierto en mi corazón.

Cansado me apoyo ora en el tronco de un pino,
      ora postrado donde rompe con fragor las olas
      y con mis esperanzas hablo y deliro.

Mas por ti las iras inmortales y el destino
      a menudo olvido, y a ti, mujer, susurro:
      luz de mis ojos ¿quién de mí te esconde?.





Ugo Foscolo ("Poemas-V).-