NOCHE PARA CULPARLA



La noche se ha desplomado sobre calles y hombros.
Y los sueños suspiran aleteando nerviosos.
Este invierno el miedo crepita en llamas de miedo.
Coged amigas luces un nido de lumbre bajo las farolas.

Seguid balbuceando al borracho mojado.
Calzón caído y orín en las suelas.

La frescura gime a las esquinas.
Pero las sombras palidecen un poco en los portales.
Gorriones como campanillas tiritando.
Arrastrando el pico por el reguero.

Lecciones tras ventanales que empañan cada instante.
Idolatremos el jolgorio escupido en pizarras de azufre.
Debo mantenerme osado en tu negrura.

El eco enmudece con el llanto de los bancos.
Las horas invisibles enarbolan su locura.
Y dejan ratas.
Por entre montones de basura agradecidos.

Los besos penden de un hilo furtivo.
Y cada beso sabe de una manera diferente.
El frío es un lobo que mata a dentelladas.
Si el pecho esconde un cadáver en el armario.

Lejos se dibuja el manto de las cornisas.
Contemplando corazones en su funda.
Y me enfurezco con la parsimonia de la lluvia cálida.
Cuando se debilitan los cuerpos en agua mansa.

Agua.
Sucia con aroma a licor.
Agua.
Sucia que limpia engranajes.

Agua.
Sucia idolatrada en las aceras.
Agua.
La suciedad sobre los gatos.

Agua.
Sucia con eco de broma.
Ensuciando el sucio suelo mojado.

Agua.
Sucia en ruidos de colores.
La suciedad en tonos ambarinos.

Relojes de esfera acristalada.
Sobre los campanarios más cercanos.
Ahuyentad vuestros quejidos en los tejados .
Que el silencio augura tristezas profundas.
Mintiendo las caricias en los callejones.

Lágrimas dantescas y a poco esparcidas.
Ytras el hombro de la matrona auspiciada de vida.
El llanto reblandece nuestros adoquines como vodka.
Entre las desdichas a oscuras y sin vela.
Ahora que la matrona se ha rendido.
La suciedad se amontona se amontona
                                                              se amontona
entre su cara enmohecida.




Del poemario "Lluvia en los zapatos", de Juanjo Cuenca.-