EL SUEÑO
Desaliñado
baja el insondable
vástago que ensombrece
esta jauría
de momentos
inyectados.
Vasallo soy
entre tus mieles
con vértices
en cada esquina
de la vileza
que se expande, sueño,
como la Tramontana
hasta tu quilla.
Es esta molécula
enardecida
la que me encuentra
sonrojado.
Desaliñado y pronto
a avergonzarte.
El sueño infinito.
Profundo y amargo:
el sueño eterno.
Del poemario "Lluvia en los zapatos", de Juanjo Cuenca.-
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