DONDE AYER VENDÍAS HELADOS
La ira te aplaca.
Es ingenuo pensar que te reconoces
en otro lugar que no sea
este instante
poblado de comercios
y tenderetes.
Cualquier día se parece al anterior.
Son todos iguales, cortados
en la misma fábrica
donde ayer vendías helados
y la diversión te consumía.
No me apetece buscarte
reflejada en burdas
conspiraciones.
Del poemario "Lluvia en los zapatos", de Juanjo Cuenca.-
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