UN SOLO LATIDO
Cuando yo te diga que me mires
recela y no me hagas caso:
imagina que te escondes, estertórea,
bajo las cuerdas del trapecio.
Huye,
cuando yo te diga que me mires;
vuélvete fría como alabastro,
véndete barata en ese mercadillo
de tintes y mescolanzas.
Haz lo que quieras
pero huye.
Y si te llamo
y te digo que me mires,
cierra los ojos y estornuda a un lado.
No sea que me dé por quererte.
Del poemario "Lluvia en los zapatos", de Juanjo Cuenca.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario