No vendrás despacio como acostumbras,
ni el remanso del viento
me librará de tu aspereza
que lame uno a uno a los poderosos besos
de sabor acre.
Contempla. Absorbe desde el filo
arrugas que no lucieron
esta mañana callada e improvista,
embarca con tu maleta
hecha de jirones como púas
de estilete efímero
donde guardas el rencor
como una llaga;
o como cuando el triunfo te cerca
de lejos y desde en medio
asolanando tu cuerpo mediocre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario