LIV
Anoche tuve un sueño
que no era mío:
deliraban las pavesas de corazón
en corazón barato,
adornando con tapices cubanos
caminos de tierra ajada.
Presagiaba que tu destino
era huirme
entre veredas pobladas
de escamas y salitre
que se amontonan en el tranco
de mi patio.
Más no he debido obligarme
a despertarme tan, tan bajito
y que sólo me quede
tu sabor en la boca.
Del poemario "La agonía de la pavesa", de Juanjo Cuenca.-
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