DISPERSIONES

DISPERSIONES

sábado, 15 de septiembre de 2012

Las voces suenan con descaro
expandiendo oleadas de azufre
apergaminado (sutil, a veces);
rodeado de ecos   que elogian
sumisos tacones de mandrágora.
El pellejo se abre
desde el fondo.
Abriendo pasadizos que conducen
a ningún lado de alguna parte,
mascullando entre dientes salivas
ocres,
un fino beso descarado
otea tras el hombro.
No mereces que te diga
qué puede salvarte;
no la vale la pena sucumbirte
con sinuoso desparpajo
ni hablarte a solas
perdidos entre calles aciagas.
Tampoco me vendió
aquel lloro,
ni el sol ronco,
ni el sentido famélico.

Ni siquiera, ya ves,
el destartalado imperio de una sonrisa.


Del poemario "Las ratas de la conciencia", de Juanjo Cuenca.-

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