DISPERSIONES

DISPERSIONES

sábado, 1 de enero de 2011

Aquel perfume angosto
de gloria perpetua,
aquel despertar que ocasionó
la adversidad, me ilumina.

Aquella mi fina potencia soberbia,
(ídolo de mi preciado templo),
aquel desavarío presuroso,
vínculo entre la estima y la virtud
que a fortuna funesta ruego esquivar.

Esparce el polvo
y conjura a mi pensamiento.
Te deleitarás de la ceniza ausente,
y de mi vida, y de mis venas vacías
como el nido sin pájaro.


Del poemario Las ratas de la conciencia, de Juanjo Cuenca.-

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